—Invoque a todos los lores a un juicio y traigan a Alys Rivers, la puta fe Harrenhall que jamás debió salir de allí. Mi amor, espera en la comodidad de nuestros aposentos por favor.

—Mi hijo ha sido víctima de un intento de asesinato. ¿Y crees qué voy a irme? Iré contigo.

—Mi reina es peligroso. La bruja ya ha atacado al príncipe Baelon, puede atacarla a usted y al bebé.

—Entonces con gusto le arrancaré las manos con las que se atrevió a tocar a mi bebé. —gruñó la menor, caminando al frente de ambos hombres.

Aemond ante esto gruñó, caminando tras ella, colocando una mano en su espalda baja mientras la otra iba en su espada.

[***]

—Todos han sido testigos de la enfermedad de mi hijo Baelon, mi primogénito y mi sucesor. Sabemos que está enfermedad puede ser producida por una planta, cuyo paradero está muy lejos de aquí, cercano a Harrenhall, inclusive, Casterly Rock.

—Mi rey. ¿Usted cree qué los Lannister somos traidores? Adoramos al príncipe Baelon y somos fieles a nuestros reyes.

—Entonces la única persona que es cercana a Harrenhall es usted, Alys Rivers.

—Mi rey... usted sabe perfectamente que soy incapaz de hacerle daño a un bebé, he perdido tantos que no sería capaz de dañar a uno solo.

—Tus hijos no nacieron, Alys. —intervino duramente Aemond.

—Mi hijo Baelon ha crecido, Alys. No sabes de crianza, y aunque lamento el fallecimiento de tus hijos, no entiendo porqué querrías justificar un acto del que aún no se te juzga. —Aenyra dijo, sentada en el Trono, con una diadema de oro con rubíes sobre ella. —no te hemos culpado, buscamos a un culpable, según veo deseas decirnos algo.

—¡Yo no fui fueron los Lannister ellos planearon todo! —gritó la mujer.

—¡Nosotros no fuimos, fueron los Hightower, ellos trajeron a la bruja y nosotros sólo dimos cofres de oro para ella!

—Todos ustedes han sido cómplices para asesinar a mi heredero. —el rey con la mandíbula apretada habló. —mi hijo estuvo agonizando toda la noche y mi esposa no se apartó de su lado.

—Es su deber como mujer y madre. —la pelinegra siseo, con el veneno, odio y envidia puestos en su voz.

—Ya que algunas sí lo somos. —la morena dijo, acariciando su vientre. —mi amor. —dijo y Aemond se volteó rápido e incrédulo ante esto. —¿Puedo darlos de comer a mi bebé? —pidió, en su mirada había un brillo desconocido.

—Lo que tú ni reina, ordenes. —el peliblanco declaró, besando su mano. —mi tío Daemon será el encargado de las ejecuciones públicas. —dijo y Aemond ante esto rió, acariciando a Dark Sister. —mi esposa es bondadosa, casi tanto o hasta más que la bisabuela Alyssanne, si ni hijo sobrevive y vive tantos años para reinar, sus familias serán perdonadas, de lo contrario... también morirán. —dijo levantándose del Trono, los involucrados gritaban por piedad, mientras Aenyra acariciaba su vientre, intentando calmar el dolor.

—Baelon es sólo un niño, no es culpable de las decisiones que su rey o yo tomemos. Traidores como ustedes merecen algo más que la muerte. —dijo y ante esto Daemon la miró. —¿Alguna idea Daemon?

—Pido personalmente a Otto Hightower.

—Así será, mi madre, la princesa Rhaenyra tendrá a los gemelos Lannister y mi hermana Baela tendrá a la bruja de Harrenhall.

—¿Es por qué sabe qué sí Aemond y yo nos quedamos solos podemos tener otro Baelon, mi reina?

—Yo jamás follaría con usted. Ni merece llamarse doncella.

—No, es porqué sé que mi hermana no le tendrá piedad a una zorra. —la menor dijo y el Salón quedó en silencio. —Baela, mi hermana, ten los honores. —dijo y la morena sonrió cuando los ojos asustadizos de la mujer chocaron con los suyos. —sí alguno es otro traidor, desea salvar su lengua o vida, puede hacerlo. —dijo y la mayoría guardó silencio. —las traiciones se pagan con una moneda, el único lema y moneda que conoce mi familia, con fuego y sangre.

[***]

Al próximo día, Otto Hightower lucía irreconocible, al igual que los Lannister y Alys, Daemon sacó su espada, cortando la mano izquierda del hombre.

Y así fue cortando partes de cada traidor, al final, Aenyra le dio la orden a Cannibal de comerse sus cabeza, ante esto, el dragón las escupió, escupiendo fuego sobre ellos.

Todos miraban, Aemond tenía su mano en el vientre de su amada, hasta que la menor dio un respingo.

—He roto fuente.

HOTD OS PT.2Where stories live. Discover now