Aprendí que cada resquicio de dolor,
se cura con lágrimas y mucho sudor.
Quizá supere una sola piedra
pudiendo estar emocionalmente bien,
quizá ella me enseñe
que hoy soy la estrella,
no necesito ayuda para brillar.
El tiempo y el amor caprichosos
pero no tanto como el destino
quién a su antojo
es capaz de cambiarlo todo.