Capítulo 2

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El grupo siguió avanzando intentando encontrar el camino, no podían escuchar nada pero casi sentían la respiración de los goblins en cada esquina o grieta oscura.

Finalmente llegaron a una camara abierta donde la roca tomaba una forma más tallada y lisa.

-es un buen lugar para descansar-

Dijo Héctor mientras se apresuraba a encender una fogata, intentaba mantenerse relajado pero sus manos lo traicionaban, llevaba caminando no sabía cuántas horas y no se habían encontrado con nadie, definitivamente estaban todos muertos, pero era el tanque, el líder debía mantenerse concentrado... Aún luego de un instante, ya no volvió a sentir nada más.

Ante la mirada perpleja de todos vieron como un Goblin caía del techo con una lanza clavando la en la cabeza de Héctor marandola instantáneamente.

-mierda!-

Gritó José desenfundado su espada.

Yoselin intento curar a Héctor, su estado de shock le impedía entender que eso ya era demaciado tarde.

Por otro lado Sebastián logró matar al goblin con una flecha pero en ese instante otros tres goblins se el arrojaron por la espalda apuñalando lo incansablemente.

Aún se escuchaban los gritos del desafortunado arquero cuando José tomo a Yoselin de la mano y continuaron corriendo.

-¡espera, espera, puedo curarlos!-

Gritaba Yoselin entre lágrimas.

-¡estan muerto!-

Gritó José mientras sujetaba a su compañera, sabía que de todos modos era inútil, los goblins los terminarían encontrando, pero, si era una mazmorra de mayor nivel devia tener una sala de jefe o algún salón principal donde poder cerrarla, sabía que era una estupidez intentar cerrar una mazmorra con solo dos personas pero era mejor intentar eso a esperar otra emboscada de los goblins.

Finalmente encontraron una enorme puerta, pero ya estaba abierta, averiada, como si la hubieran forzado con un ariete.

-vamos dentro-

Yoselin caminaba casi por inercia pero obedeció a José y entraron, aunque lo que vio la dejo paralizada.

José entro detrás de su amiga sin percatarse de su reacción cuando observo lo mismo que ella, un enorme dragón mal herido y moribundo se aferraba con fuerza un pequeño huevo.

En ese momento tambores goblins sonaron desde afuera, pronto estarían rodeados de esos malditos psicópatas verdes.

-¡no!-

Gritó Yoselin elevando su poder mágico disparando una serie de rayos contra los enemigos, la mayoría de sus ataques acertaron pero eran demasiado como para hacer alguna diferencia.

José cargó su magia en su espada listo para caer luchando, cuando escucho una voz.

"Salva a mi huevo, humano y yo los sacaré de aquí"

José sintió la mirada del dragón y luego la voz de la creatura retumbando en su interior.

Desde que el gran cataclismo azotea la tierra y se habrieran los portales muchas cosas fantásticas e inverosímiles ocurrían a diario, aún así nunca nadie había escuchado la vía de un mounstro, mucho menos un dragón.

José volvió en si cuando una flecha paso serca suyo, por un instante creyó estar alucinando y contrataco lanzando un rayo contra un goblin pero en ese momento volvió a escucharla.

"Haz un pacto conmigo humano, protege a mi huevo y yo te sacaré de aquí junto a tu amiga"

José entendió que no estaba soñando y sabía que era estúpido confiar en una mounstro, pero que otra opción tenía, luchar era aceptar la muerte.

José miro al dragón un instante y con un gesto suplicante acepto su pacto.

En ese momento un sello mágico desconocido apareció bajo José un inmenso poder comenzó a recorrer su cuerpo, un poder demasiado grande como para soportarlo el cual fluía por su cuerpo reventando sus venas y partiendo su su carne.

Un grito agónico salió de la garganta José ante la perpleja mirada de Yoselin.

En ese momento la chica escucho el rugido del dragón, ya al borde de la locura vio como el moribundo dragón se levantaba, la chica atino a tomar al moribundo José y ocultarse quitándose del camino del dragón el cual regurgito una poderosa flama que evaporó a los goblins y derritió la roca.

"Gracias... Humano"

La voz del dragón resono en la mente de José quien estaba apunto de morir en los brazos de Yoselin quien gastaba toda su magia restante intentando mantenerlo con vida.

La mente de José vago lejos de su propia existencia, podía ver la Tierra luego del cataclismo, la luna y más allá el astro llamado Avalon, un mundo parecido a la tierra que apareció luego del terremoto, ambos planetas orbitaban al rededor de la luna desde entonces y fue ahí en Avalon dónde José lo vio... O lo sintió, un llamado desesperante, debía llegar ahí, por algún motivo, una razón muy poderosa pero que escapaba a su entendimiento o más bien creí saber porque pero al igual que los sueños que olvidamos al despertar, ahora no era capaz de recordar la razón por la cual tenía que ir ahí.

-Yos... Yoselin...-

Murmuró José intentando hablarle a su compañera.

Yoselin se dejó inundar por el tenue alivio de ver qué José aún estaba viví y comenzó a soltar lágrimas por su compañero.

-aqui estoy, tranquilo, aún puedo salvarte-

-Yoselin... El huevo... traeme el huevo-

Yoselin sin entender bien levanto la cabeza, fue entonces cuando se dió cuenta que el dragón no estaba, como si se hubiera desvanecido, aún así no podía perder tiempo, sabía que algunos objetos mágicos pdoerosos podían salvarte D ella muerte y era muy probable que el huevo de un dragón lo logrará.

Entonces la chica encontró un el huevo, bastante grande como del tamaño de un pequeño niño, corrió a tomarlo, sorprendentemente ligero, Yoselin trajo el huevo y lo dejó al lado de José.

-aqui está, José, el huevo, está aquí-

La chica vio como José levantaba su mano y tocaba el cascarón, a continuación el nuevo comenzó a brillar y descaacararse, que haría si salía un dragón bebé, pensó Yoselin ante el temor de tener que enfrentarse a un reptil recién nacido.

Pero lo que salió del huevo estabas lejos de ser un reptil como lo imaginaba Yoselin.

Ante ellos una chica, similar a los humanos y distinta a la vez, talvez de unos 15 o 16 años por lo desarrollado de su cuerpo, pero su espalda y brazos estaban cubiertos de escamas, de su coxis de extendía una larga y delgada cola y un enorme par de alas cubrían su desnudes.

La chica calló al lado de José.

-entonces será, así, gracias, humano, ahora estamos unidos-

Murmuró la chica al tiempo que bebía la sangre de José.

Yoselin, como saliendo de un transe vio eso como una agresión y se disponía a atacar a la chica cuando vio que las heridas de José se sanaban de una forma anormalmente rápida, deteniendo la hemorragia y curando su cuerpo.

-pero... ¿Que mierda significa esto?-

Fue lo único que pudo murmurar Yoselin ante tal escena.

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⏰ Last updated: Feb 22 ⏰

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De los portales surgieron y adentro debemos irWhere stories live. Discover now