El amanecer

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Desesperado, el mae intentaba recordar el camino de regreso a la playa, pero cada vez se adentraba más en la densa selva, alejándose aún más de la luz y de cualquier indicio de civilización. Los sonidos de la selva se intensificaban a su alrededor, formando una cacofonía de chirridos, rugidos y susurros que parecían susurrarle advertencias incomprensibles.

Mientras avanzaba, una niebla espesa comenzó a envolver el bosque, obstruyendo su visión y confundiéndolo aún más. El aire se volvió denso y pesado, dificultando su respiración y haciendo que cada paso fuera más agotador que el anterior. Sin embargo, algo en su interior le decía que debía seguir adelante, como si una fuerza invisible lo guiara hacia un destino desconocido.

De repente, una luz tenue comenzó a filtrarse entre las ramas, como si fuera una señal de esperanza en medio de la oscuridad. El chepeño se detuvo, observando cautelosamente el resplandor que se abría paso a través de la maleza. Con el corazón latiendo con fuerza, se acercó lentamente, sintiendo cómo la luz lo envolvía con un calor reconfortante.

Para su sorpresa, emergió en un claro del bosque donde una hoguera ardía en el centro, iluminando el rostro de varias figuras que se encontraban alrededor. Entre ellas, distinguió a la misteriosa mujer que había conocido en la playa, quien lo miraba con una expresión enigmática en sus ojos.

Sin decir una palabra, la mujer le tendió la mano al chepeño, invitándolo a unirse al grupo. A su alrededor, otras personas se encontraban reunidas, cada una con historias que contar y secretos por descubrir en aquella noche sin fin.

El mae se sentó junto a la hoguera, sintiendo cómo el calor del fuego disipaba sus temores y lo sumergía en un trance hipnótico. Las horas pasaron sin que él se diera cuenta, mientras el bosque cobraba vida con sus misterios y susurros que hablaban de un mundo más allá de la realidad conocida.

Al amanecer, el chepeño despertó junto a la playa, con el sol asomando en el horizonte y las olas rompiendo suavemente en la orilla. Se preguntó si todo había sido un sueño o si realmente había vivido una experiencia fuera de lo común en aquella noche de oscuridad y misterio.

Decidió dejar atrás aquel lugar y continuar su camino, llevando consigo el recuerdo de aquella noche inolvidable y la certeza de que, a veces, la luz puede encontrarse incluso en los lugares más oscuros y desconocidos.

Caribbean TalesWhere stories live. Discover now