Heaven - Chestappen

ㅤ ₍ 25 ₎ No fue mi intención ?ˀ

El día avanzó con normalidad, la molestia de Max desapareció al instante cuando su querido pecoso besó en repetidas veces sus mejillas. Ahora estaban saliendo del aula, ellos y su grupo de amigos habían planeado quedarse por un rato más dentro de las instalaciones de la escuela, estarían en alguna parte del jardín, sentados y continuando con su charla. Sergio aún tenía esa pequeña espina que lo estaba poniendo de nervios, quería saber lo que ocultaba su novio, quería ir y hablar con Sebastian de una buena vez.

El grupo de adolescentes se reunió cerca del gimnasio, se sentaron en circulo, volvían a compartir distintos alimentos. Como era de esperarse Sergio y Max estaban juntos. Sergio decidió no encontrarse con Vettel, prefirió esperar a que Max le contara sus secretos y problemas del pasado que al parecer aún lo atormentaban. Recibió un par de mensajes provenientes del alemán, le insistía en verse pronto, cada uno de aquellos mensajes fue dejado en visto.

La pareja no estuvo ahí por mucho tiempo, tenían algunos planes que no querían posponer.

Estaban en camino a casa de Sergio, Max había sido invitado a comer por los mismos padres del mexicano. Caminaban uno al lado del otro, por primera vez en mucho tiempo Max sostuvo la mano de su amado durante todo el camino importandole poco ser vistos.
El viaje pronto concluyó al llegar a la residencia de la familia Pérez Mendoza, se adentraron no sin antes saludar a Marilú que se encontraba en el jardín atendiendo una de sus tantas plantas. Fueron casi directos a la habitación del pecoso, después bajarían para disfrutar de una buena comida en familia.

La misma rutina de siempre, llegaban a casa de Sergio para tomar una siesta y después bajar a convivir con la familia. Sergio no corrió para tirarse en su cama, dejó sus cosas y pasó a su escritorio. Max lo miró extrañado, no había día en el que no quisiera acostarse por un rato.

— ¿No estás cansado? – preguntó el neerlandés mientras dejaba su mochila al lado de la puerta de la habitación que ya había sido cerrada.

— Hoy no, quiero hablar contigo.

Sergio ya se había sentado en la silla rotante, se giró en su lugar para así poder ver al rubio que ya había pasado a quitarse el abrigo.

— ¿De qué quieres hablar? Soy todo oídos.

— ¿Hay algo de lo que quieras hablar conmigo? Ya sabes, alguna cosa que te moleste.

El cuerpo de Max heló una vez más.

— ¿Por qué lo preguntas?

— Hablé con Sebastian, me dijo que tenías algo que decirme. – se levantó de aquella silla para acercase hasta su propia cama y tumbarse ahí mismo.

— No hablo con él, no hay nada que tenga que decirte.

— ¿Estás seguro?

— Lo estoy Sergio, no tengo nada que ocultarte. – por supuesto.