𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑣𝑖𝑑𝑎𝑠

Bắt đầu từ đầu
                                    

Nervioso a más no poder —S...soy el espíritu guardián del mundo oculto— contesto tratando de mantenerse firme a esa idea.

Decepcionado de su respuesta, bajo su mano, acercó su rostro a el observando su miedo, casi podía olerlo—¿Estás seguro?—lo volvió a tentar.

Volvió a extender su mano pero Hiccup solo apretó su mano contra el pecho que le dolía, la cabeza le daba vueltas.

—Solo déjame en paz— trataba de calmarse mirando el suelo respirando profundamente.

El hombre hizo una mueca de disgusto mientras se levantaba, caminando alrededor del débil guardián.

—Veo que Zolarium es buena lavando las mentes de sus guardianes— jugaba con la arena entre sus dedos.

Sin embargo no obtuvo respuesta por el ojiverde que aún sentía ese horrible temblor en las piernas impidiendo levantarse.

—Se que la hija de ella te advirtió de mi, sin embargo creo que deberías cuidarte más de la luz envidiosa que emanan esas dos— volvió a agacharse mientras acercaba su mano para levantar del mentón de Hiccup.

Un horror en los ojos de Hiccup se manifestaba, su corazón latía tan rápido que podía jurar que se saldría de su pecho.

—Es hora de la verdad, pequeño guardián— sonrió mientras una arena más oscura que la noche los envolvió a ambos apagando el fuego de la espada de Hiccup.

No podía ver nada, aún seguía en el suelo, podía sentirlo y cerro sus ojos con fuerza.

—Dejame ir a casa— imploro, quería irse de ese lugar, arrepentido de haber seguido esa arena, debió quedarse con ___.

—Hecho—.

De repente sentía un pasto verdes y frasco bajo sus manos, su respiración volvía a la normalidad. Levanto su mirada notando estar en la entrada de un bosque y este no era su bosque, había algo que lo inquietaba.

Aquel guardián ya no estaba, trato de levantarse pero aún le temblaban las piernas hasta que escucho una voz que le puso los pelos de punta.

—Vamos debilucho, tu padre te está buscando— una voz femenina se escuchaba detrás de el.

Al voltear logro verla finalmente, sabía que era alguien importante y todos los recuerdos que compartían juntos volvieron en un chasquido.

Con todas las fuerzas que tenía se levantó para correr hacia ella tratando de no romper en llanto mientras la abrazaba sin querer soltarla nunca.

—Astrid, Astrid, no sabes cómo te extrañe— trataba de no soltar lágrimas pero era imposible.

Finalmente logro recordarla, era ella, no cabía duda.

La chica que le gustó desde que era tan joven estaba ahí en sus brazos, su mejor amiga y a la mujer que amo tanto durante esos maravillosos años.

La rubia confundida correspondió el abrazo de Hiccup mientras se reía nerviosamente.

—Eres un llorón— se separó mientras le daba un beso en la mejilla suavemente tomándolo de la mano.

Cuando ambos caminaban se sintió extraño, sentía que estaba en su hogar nuevamente, aún no recordaba mucho de el. Se detuvo un momento analizando la información mientras la ojiazul lo miro nuevamente confundida.

—¿Que sucede?—.

El la miro a los ojos, algo no estaba bien, esto no se sentía real, ese beso no fue cálido ni esa sonrisa suya era sincera.

𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 ¿𝐸𝑠𝑐𝑜𝑔𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜𝑠?-𝐸𝑛 𝑃𝑟𝑜𝑐𝑒𝑠𝑜 Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ