Hemos invocado a la codicia y a la ambición de la vida.
Nos viene a demostrar su poder y recordar quién es la misma,
porque la vida es enemiga de los amantes eternos.
Así fue como despertamos su egoísmo,
sabiendo que tanto amor no puede sencillamente pasarse por alto.
Entonces la vida nos recuerda quién es la dueña del destino.
Nosotros la hemos desafiado.
Y amado mío, hemos ganado
porque aquí, hoy estamos
y en la eternidad estaremos.
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El precio de mi cabeza
Non-FictionTodas las noches que no duermo, todas las veces que me rompieron el corazón, todas las cosas que pienso las voy a publicar acá.
