Mencionó viendo tu estómago, o si es que tenías, pues solo se veían tus costillas marcadas aunque sea poco.

¿Que quieres comer? — Te pregunto, tú aún con la mirada centrada en la lluvia, te encogiste de hombros.

No se que comida haya aquí, pero, si me lo preguntas.... Realmente quiero comer una hamburguesa... con la carne jugosa... — De tan solo pensar en eso se te hacía agua a la boca y tu estómago rugía más de hambre, Shino suspiro, sabía que en ese mundo no había comida así.

Hay frutas, ¿eso sirve? — Encuestó , tú la miraste y asentiste. — Genial, mañana en la mañana en cuanto se calme la lluvia iremos. Pero, por ahora trata de dormir, te lo pido.

No puedo dormir sabiendo qué hay demonios poderosos que me buscan solo para tener relaciones conmigo... — Susurraste, el demonio te alcanzo a escuchar a lo que te miro con lastima, segundos después lo volteaste a ver. — Además, no confió en ti... ¿como se que no abusaras de mi mientras duermo?

Ante sus palabras, este te miro ofendido, como si le hubiera ofendido lo que dijiste, segundos después te tomo repentinamente del cuello y te empotro contra el suelo, subiéndose encima de ti.

¿¡PERO QUE CARAJOS PASA POR TU CABEZA PARA QUE ME DIGAS ESO, EH?! — Apretó con fuerza tu cuello, sentiste que te faltaba el aire y al ver sus ojos, también notaste que tenía sus pupilas más dilatadas y venas se le marcaban. — ¡¡DÉJAME RECORDARTE QUE GRACIAS A MI ESTAS BIEN, Y NO SIENDO VIOLADA POR SEGUNDA VEZ! SERÁ MEJOR QUE ME GUARDES RESPETO SI NO QUIERES QUE ABUSE DE TI HASTA EL PUTO CANSANCIO!

Te grito, soltando gotas de saliva las cuales cayeron en tu rostro, tú te sentiste demasiado asustada ante sus palabras, todo tu cuerpo temblaba y ni siquiera podías moverte.

Este gruñía y gruñía sin dejar de mirarte, te tomo del cabello antes de lanzarte con algo de fuerza hacia una pared cercana, soltaste un leve grito de dolor y más cuando caíste al suelo.

Shino te miró desde la oscuridad, sus ojos morados brillaban en esta dándole un toque escalofriante, pero después se fue hacía lo oscuro de la cueva.

Si quieres irte hazlo, maldita perra... – Susurro, viéndote y después abrió la boca mostrando sus colmillos afilados. — No serás más que un maldito juguete sexual para todos nosotros, los demonios. ¡Metetelo bien en tu estupida cabeza de mierda!

Te volvió a gritar, tu solo mirabas esto con unos ojos que demostraban el miedo que tenías, te fuiste hacia una esquina y te hiciste bolita, para después comenzar a sollozar, ya casi se hacía de noche, estabas entrando en crisis por no saber con exactitud qué hacer.

[••••]

¡Todos ustedes están aquí por una sola cosa! ¿Entienden? — Se podía escuchar los gritos del general, quien enfrente suyo estaban los chicos que se convertirían en soldados, y entre ellos estaba Dan, quien solo mantenía la mirada al suelo.

¡Si, señor! — Todos gritaron al unísono.

¡Este entrenamiento es para que por fin se conviertan en hombres de verdad! Entrenarán hasta desmayarse, recuerden que todo esto es para ayudar y vencer a los demonios! — Exigió, mientras caminaba frente a ellos y los miraba, solo habían 14. — Estamos a punto de empezar la primera etapa, vengan.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar fuera de ahí, todos lo siguieron incluyendo a Dan, quien se veía algo nervioso y sus manos comenzaban a temblar.

Cuando llegaron, notaron que había escaleras, paredes de madera grandes para escalar e incluso llantas para saltar, básicamente era como una carrera para competir.

El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora