Capítulo 3

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Lucerys

Después de la noticia y escuchar el valiente rechazo de ese niño Omega, me dejó perplejo y molesto; molesto por casarme con alguien que no me agrada y perplejo por no esperarme aquella noticia. Observe a mi mamá, Rhaenyra y pude ver asombro en su mirada. Ella no esperaba aquella reacción, pero lo suponía. Jacaerys y yo notamos que Aemond fue detrás de Aemon, ambos eran Omegas, pero a mi lobo no le gustó por alguna extraña razón verlos cerca.

—Es solo un Omega, no es de mi incumbencia meterme —susurre. De reojo note la reacción de Jacaerys; él parecía estar tranquilo, pero tampoco le gustó eso. ¿Celos? No, claro que no. ¿O si lo eran?

Aemon

Durante la mañana me quedé admirando la luz del sol entre las hojas de los árboles; me distraía un poco. Me levante y me prepare para hablar con mamá o con Rhaenyra. Me reuni con ambas en la sala de reuniones, estuve sentado frente a Rhaenyra.

—Seré directo. No me casaré —fui firme con mis palabras. Mi lobo estaba inquieto.

—Vas a casarte, Aemon -habló mi madre, mirándome severamente—, La decisión ya está tomada, el rey Viserys tomó la decisión y no hay nada que puedas hacer al respecto.

—Alicent. No tienes que ser así con él, es tu hijo. Hablaré con él, tal vez él y yo podamos llegar a un acuerdo.

Mamá se fue, dejándome a solas con mi hermanastra. Baje la mirada, pero volví a mirarla cuando ella sostuvo mi mano. Mi lobo se calmo con el relajante toque de ella, por alguna razón ella desprendía calma y seguridad.

—Sé que mis hijos han sido malos contigo, pero no son como tú crees. Me disculpo contigo por sus acciones del pasado, ambos eran inmaduros de niños pero ahora han cambiado —ella lo explica de la forma en la que pueda entenderlo—, no te pido que les des una segunda oportunidad. Tal vez sí lo hago, pero si estuvieran juntos...

—En realidad, no lo sé. Lo siento.

Temía que esos Alfas me odiaran más de lo que me detestan.

—No te disculpes. Solo intenta pensarlo un poco antes de tomar una decisión precipitada. Descansa, pequeño.

Ella antes de irse, da un suave apretón en mi mano y se va. Me quedé a solas con mis pensamientos; al final tomé mi decisión. Solo esperaba no arrepentirme de mi decisión más tarde.

Busque a ambos Alfas por el palacio, hasta que los encontré en la biblioteca. Lucerys leía un libro y Jacaerys estaba buscando uno que fuera de su interés.

—Esto parece una pesadilla y todo lo que quiero es despertar —habla Lucerys cuando Jacaerys estuvo cerca—, él no es de mi gusto, la verdad.

—¿Y tú acaso crees qué a mí sí me agrada? —habló Jacaerys con sarcasmo—, simplemente piénsalo, él era gordo y feo cuando él era niño. No habría forma de agarrarlo por ningún lado, hay gordura por donde sea y no me atrevería a tocarlo.

—Jace, eso fue demasiado. Pero tienes razón, incluso su propia madre lo aborrece. Si tan solo él se fuera.

Eso fue demasiado, apreté mis puños y me fui, sintiendo mis ojos picar. Al salir cerré la puerta con fuerza, azotandola y tal vez asustando a los dos Alfas. Me vengare. Lo único que pude sentir en ese momento fue enojó y tristeza.

𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄 𝐖𝐎𝐋𝐅. 𝘓𝘶𝘤𝘦𝘳𝘺𝘴 & 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯.Where stories live. Discover now