1 - Poesías Que Me Llegan Hasta el Alma

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En el cielo nocturno, reina majestuosa,

la Luna, joya celestial, radiante diosa.

Con su luz plateada, hechiza la noche,

tejiendo sueños con su resplandor derroche.

Su rostro sereno, en el firmamento alto,

refleja la belleza de un amor sin fallo.

Cautiva corazones con su luz suave,

en un baile eterno, como amante clave.

Oh, Luna, espejo de pasiones celestiales,

en tu luz, se despiertan amores ancestrales.

Tu belleza inmutable, canto eterno,

en la noche, revelas un amor tierno.

En el silencio cósmico, tu fulgor reluce,

pintando poemas en el cielo, dulce museo.

Eres la musa de noches apasionadas,

donde el amor florece bajo tus miradas.

— — — —

Era una noche normal en la galaxia. Tierra, Marte y Venus jugaban cartas mientras se gozaban entre ellos, viéndolos era un ser pequeño de piel gris; su rostro irradiaba una luz púrpura hermosa que le hacía lucir celestial. Luna, era su nombre; la pequeña lunita que servía como satélite natural de la Tierra. Luna nunca se separó del lado de Tierra y nunca se atrevería, estar junto a Tierra era su motivo de vida.

— ¡Ja! ¡Toma eso! —Exclamó Tierra al ganarle de nuevo a Venus.

— ¡Imposible! Tenía la táctica perfecta para ganar. ¡Hiciste trampa, Tierra! —Venus gruñó, siempre perdía por alguna extraña razón.

—Tus tácticas son nada para mi, enojón. Admítelo, eres malísimo.

—¡Eres arrogante, Tierra!

—Ya, ya. Calmense muchachos. No hay que pelear por algo tan simple. —Habló Marte, él siempre era la voz de la razón entre los dos.

La pequeña Luna se rió, estas pequeñas discusiones le entretenían.

—¡¿De qué te ríes?! —Exclamó Venus de nuevo. Luna se sorprendió al regaño, se puso tenso.

—¡Nada! —Luna pronunció impulsivamente.

—Déjalo, Venus. No está haciendo nada, tranquilo. —Dijo Marte.

Venus torció los ojos y cruzó sus brazos, gruñó a la vez. Tierra se ríe y le pone la mano en el hombro tratando de calmar al malhumorado, Venus suspiró. Luna vió la conexión entre ellos, aunque pasan discutiendo jamás se han separado. Él soñaba con ese tipo de relación, pero nunca ha conocido a alguien igual a él; Phobos y Deimos, las lunas de Marte, no eran necesariamente iguales a Luna. Eran mucho más pequeños y más alborotados, Luna era más tranquilo y cándido. Después de que Tierra le contara que los humanos dedicaban poemas de amor hacia la Luna, siempre ha soñado con el romance. Pero nunca ha tenido chance de poder salir del cinturón de asteroides, Tierra y los demás planetas terrestres le prohibieron salir de su órbita, mucho menos el cinturón de asteroides. Lo más lejos que pudo llegar ha sido cerca Marte, sólo para hablar con Phobos y Deimos.

—¡Luna lunera! —Exclamó Phobos, acercándose a Luna con Deimos como acompañante. Luna se dió la vuelta y observó a las dos lunitas acercándose, sonrió.

—¿Qué tal, pequeñines? —Se rió Luna suavemente.

—¡Oye! ¡Ni que fueras gigante, señor Luna! —Deimos se burló.

Querida Luna || Luna x Titán || SolarballsWhere stories live. Discover now