Capítulo 10: Analgesia.

18K 2K 497
                                    

SOFÍA

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

SOFÍA

Cuando tu corazón se rompe experimentas varios tipos de dolor.

El dolor agudo que ocasiona la ruptura, el cual se siente justo como si hubieras estado en medio de una explosión y algo dentro de ti hubiera estallado en la detonación. El dolor sub agudo que se entumece, pero regresa aún peor que el anterior cada vez que recuerdas lo que pasó, lo que perdiste y no volverás a tener por más que lo ansíes. Y una vez este pasa, el dolor crónico que permanece contigo y no desaparecerá jamás, pero se atenúa con el tiempo. Sin embargo, este puede alternar el resto de la vida con episodios de dolor sub agudo desencadenados por cualquier factor que te recuerde a esa persona. En mi caso una bandeja de pollo de KFC. Un balón de fútbol americano o el símbolo de los Cowboys. Cualquier auto costoso que vea transitar por la calle desde mi ventana en la cima del Majestic y haga que me pregunte si se trata de él, y así con mucho más.

Sé que aislarse no es la solución, pero es un buen analgésico. Evitar por un tiempo todo aquello que pueda traer a mi mente no una, sino dos personas, por un tiempo. Así que por los siguientes días a mi llegada al teatro decidí no salir de este, ni de mi habitación, pero eso deberá terminar algún día.

Ese día puede ser hoy.

—¿Por qué no te gusta el pollo frito? —pregunta Nestor al entrar sin tocar y ver la bandeja que trajo intacta sobre la mesa, a lo que despego mi rostro de la ventana y reconsidero mi pensamiento anterior ante el pinchazo que siento en el pecho tras sus palabras.

Quizás ese día no es hoy.

—Estoy tratando de mantener una dieta baja en calorías.

Sus cejas se alzan mientras ocupa asiento frente a mí.

—¿Baja en calorías o baja en pollo frito? Anoche comiste pastel, y pizza.

Mis mejillas se sonrojan.

—Mi dieta empieza hoy.

Pone los ojos en blanco mientras se cruza de piernas.

—¿Desde la cena de hoy? Porque en el desayuno...

—Haré ayuno intermitente. —Sus cejas se alzan y desvío la mirada nuevamente hacia la calle antes de que diga algo más que deje mi corazón roto en evidencia—. No soporto el olor del pollo frito. Específicamente, no soporto el olor, ni el sabor del pollo frito de KFC.

Después de unos segundos de silencio Nelson suspira.

—Está bien. Haré desaparecer el pollo de KFC por lo que sea que signifique para ti y porque odio la comida rápida. —Se levanta y escucho cómo recoge lo que una de las drags me trajo. A pesar de que esas nunca fueron mis intenciones y solo di el dinero porque quería ayudarlos a que el Majestic no cayera en ruinas, ellas y los empleados están tan agradecidos conmigo que podría vivir de sus regalos para siempre. Uno de ellos fue un recipiente lleno de pollo de KFC. Una vez lo esconde, Néstor regresa y se posiciona frente a mí. Parpadeo cuando hurga en su bolsillo y me tiende un objeto. Mi teléfono. Cuando lo miro en búsqueda de una explicación, se encoje de hombros—. Fui a visitar a tu hermano solo para decirle que estás bien y me dio esto para que te lo diera. Si hay alguien además de él a quién sientas que debes notificarle que estás con vida, por favor, hazlo. No quiero tener que recibir a un equipo de búsqueda de personas desaparecidas. —Su mirada se vuelve un poco dura—. Ya ha sido suficiente, Sofía. A todos nos rompen el corazón alguna vez en la vida, algunos incluso sufrimos del síndrome del corazón roto y aprendemos a vivir con ello. Es hora de que tú también lo hagas. No sería... tu amigo si permitiera que siguieras así.

Suyos (Posesión #2)Where stories live. Discover now