Sunoo es un ídolo de fama mundial que tiene la reputación más manchada de toda la historia de la música. Maleducado, grosero, chico malo y un glaciar andante, lo cuál le ha dado el título de la persona más odiada de toda Corea del Sur.
Sunghoon es...
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.... 06 de Enero
—Sunoo.
Levantó la cabeza al escuchar su nombre junto al sonido de la puerta abriéndose, bloqueando su celular con su pulgar y dejando el dispositivo sobre su mano. Había entrenado durante mucho tiempo para tener la expresión perfecta entre interés y desinterés, así que no esperaba que Heeseung pudiera leer su rostro.
Inclinó un poco su cabeza para ver a través de la silueta de Heeseung cuando escuchó que una voz llamaba a su representante y se quedaba con la palabra en la boca para lo que sea que tuviera que decirle a Sunoo. Miró con indiferencia como se daba la vuelta sin decir nada al dejar la puerta abierta.
Revisó el hueco entreabierto de la puerta para ver si había alguien más que pudiera verlo, y al no encontrarse con ninguna mirada fisgona, volvió a prender la pantalla de su celular.
Haber tenido algunos meses de incapacidad y de descanso de sus actividades como artista no le habían parecido suficientes. Habría querido no regresar nunca, pero no era algo que se encontrara dentro de sus posibilidades. Aunque por el año nuevo solar había deseado no volver a poner un pie en su trabajo, la persona que estaba a cargo de los deseos en ese mundo, fuera quién fuera, no creyó que Sunoo se lo mereciera.
Algunas cosas habían cambiado dentro de la empresa durante su ausencia. Habían creado canales de contacto vía mensaje de texto entre algunos miembros del personal, ejecutivos y artistas, como una iniciativa para eliminar la jerarquía. También había un letrero grande y llamativo delante de su edificio que volteaba las miradas a cualquiera que pasaba cerca.
“Trabajar mucho no es sinónimo de éxito”, decía.
Sunoo tuvo que cubrirse la cara para evitar mofarse delante de los guardias de seguridad de la puerta y que los empleados lo viesen burlarse. Todos dentro de HYE Entertainment sabían que esas palabras estaban vacías, y que eran un decorado bonito como lo podían ser las esferas de navidad, pero no pasaba de un ornamento.
También renovaron gran parte del personal encargado de la producción musical, y, por lo que sabía, los estilistas y los coreógrafos conservaron sus puestos. Habían aceptado más aprendices bajo el renombre de la empresa al empezar el año nuevo, y el grupo de la otra subsidiaria a la que Sunoo no pertenecía había lanzado un comeback que atrajo bastante bien las miradas.
El cambio más grande había sido el nuevo lanzamiento de un ídolo novato al estrellato con su primer álbum bajo un contrato de prueba, con una duración de un año hasta demostrar que fuese rentable para la industria. Sunoo había escuchado toda la música de Jungwon durante su descanso; y su sentimiento más profundo era que, valía demasiado para esa empresa.
Volvió a levantar la mirada cuándo sintió una nueva presencia que atravesaba la puerta y lo hizo ponerse en alerta de inmediato al bloquear de nuevo su celular. Miró cerca del umbral del marco hasta ir bajando la mirada y encontrarse con un canino blanco esponjoso que tenía un pedazo de emparedado robado bien prensado en su hocico.
