Donde Azul Giordano va en busca de un crecimiento profesional pero se distrae con unos ojitos marrones.
Ó...
Donde Matías Recalt queda flechado por una chica con flequillo y nariz roja por el frío de la montaña.
(matías recalt fanfiction)
(matías re...
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18 de febrero de 2022 - Granada, España
Matías's POV
Finalmente pasó.
No quería estar en otro lugar. Se sentía correcto estar acá, estar así.
Besar Azul provocó un millón de sensaciones en mí. Pero mi cabeza estaba ocupada en otra cosa como para poder identificar cada una de ellas.
Disfrutaba cada mínimo roce de nuestros labios. Podía sentir que mi corazón se desbocaba en mi pecho y que con cada latido, mi necesidad de tenerla más cerca crecía. No había más espacio que para nuestra cercanía.
Sentir la calidez de los labios de Azul, aceleró mi pulso. Los hormigueos empezaron a aparecer en todas las extremidades de mi cuerpo. Cada célula de mí pedía contacto con su piel.
Los suspiros empezaron a surgir y la necesidad de aire se hacía cada vez más evidente. Aguanté hasta el último segundo, pero mis pulmonces me ganaron. Me separé de ella en busca de aire.
Pero no desperdicié ni un segundo de este momento. Me dediqué a ver sus pestañas, sus naricita, sus ojos, sus labios. Me dediqué a admirar a Azul de cerca y con tranquilidad. Buscaba grabar en mi memoria, cada detalle de su rostro. Eso solo logró que me gustara más.
Ella era bonita. Bonita como un baño de sol cuando uno siente el cuerpo destemplado. Bonita como la brisa que se siente en la costa. Bonita como escuchar mi canción favorita en vivo. Bonita como un abrazo que calma la angustia. Bonita como el olor de un ramo de flores. Bonita como el calor de una fogata. Bonita como mi color favorito, el azul.
Podría quedarme viéndola por mil años y nunca cansarme. Quería pasar el resto de mi vida en esta cama viendo su brillo natural y su amor tan bondadoso.
Mis manos seguían sobre el cuerpo de ella. Una de sus manos reposaba en mi pecho y me pregunté si podía llegar a sentir el ritmo acelerado de mis latidos por la adrenalina que sentía cada vez que me tocaba.
El silencio reinaba en la habitación de Azul. Solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas.
- Matías - me llamó despacio - te voy a dar otro beso - me advirtió lento.
Mi corazón volvió a acelerarse por el significado de sus palabras.
Azul no estaba mintiendo. Acercó sus labios a los mios y nuevamente nos fundimos en un beso profundo.
