La batalla de la fortaleza

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Después de aquel entrenamiento habían pasado varios días, hasta que todo fue interrumpido por un asedio enemigo por mano vikinga.
Todos pararon lo que estaban haciendo y se alistaron para ir a defender aquel poderoso fuerte. Los civiles se refugiaron y los guerreros salieron, era una noche tormentosa. No se podía ver nada desde arriba más que un ariete en forma de cuervo acercándose lentamente en el horizonte. En aquel umbral de ventana estaban viendo la asesina y el templario. La asesina simplemente no quería ni imaginar que significaba tanta unidad con tanto fuego en sus armas, su única reacción fue voltear a ver a su tutor desde su altura, tras su casco no se podía ver pero tenía genuino miedo, no podría usar sus hojas ocultas en un asedio, ¿Esto contaria como su primera prueba real? Realmente no le apetecia mucho morir en esa noche.
La respuesta de su maestra fue bastante... "Acertada", por llamarla de alguna manera.

-... ¡Ve a enseñarme lo que haz aprendido, asesina!

Dijo para después darle una palmada en la espalda justo en el simbolo del credo, tomo su espada y corrió hacia las escaleras. La asesina tragó saliva y salió por la ventana, avanzó rápidamente por las salientes mojadas, podía ver desde arriba cuánta gente nórdica y sajona estaba luchando en la entrada principal de la fortaleza, lluvias de flechas y fuego bañaban el cielo que estaba sobre ella.
Tras algunos minutos de avanzar pudo divisar bastante cerca a un grupo de piqueros liderados por una mujer que portaba escudo y lanza. Un trueno que cayo lo suficientemente cerca para iluminar el campo dejo ver a su maestro luchando contra un Berserker, veía toda clase de movimientos increíbles en aquel duelo, que terminó por ganar el templario, esto la inspiro de cierta forma. Salto hacia uno de los piqueros, cometiendo el primer y último asesinato con su hoja oculta en el asedio, en total habían otros tres piqueros y la mujer del escudo, al voltear uno de los piqueros se abalanzó rápidamente hacia ella, pasando la hoja de su daga por el cuello de este rápidamente. Tomo su distancia de los que quedaban, se distrajo un poco con uno de los piqueros, que la atacó, logro bloquear su ataque pero era solo una distracción para que, la llamada "Valkiria" por aquel piquero se abalanzarse con su escudo y lanza sobre la asesina, ambas se estamparon contra el balcón de madera, rompiendo levemente este. La asesina con su espada acertó un pesado golpe en el costado de su enemiga, esta grito levemente por el dolor. En un arranque de irá comenzó a lanzar golpes con su lanza, algunos exitosos. Llegando a ocasionar algunas heridas algo profundas a la asesina, la cual encontró el momento exacto para poder desviar uno de sus ataques, abalanzandose contra su enemiga, rompió la defensa de la mujer nórdica y comenzó a apuñalarla en su costado derecho, a lo que la mujer respondió corriendo hacia el balcón rompiéndolo de una vez por todas. Cayeron ambas al suelo, una caída basnte alta, de la cual la valkiria se levantó rápidamente, tomo la propia daga de la asesina, la cual no podía levantarse y no pudo alcanzar su otra arma,la valkiria puso su pie encima del pecho de la contraria, lista para degollarla. Hasta que otro rayo alcanzó a iluminar el momento exacto en el que una hoja bastante desgastada de color plateado manchada por tanta sangre vikinga atravesaba el pecho de la valkiria, la cual cayó muerta, al caer la valkiria dejo ver detrás de ella a un guardián que le ofrecía su mano a la asesina, la cual se levantó.

-Tu debes de ser la protegida de Gabriel, ¿No?, No te ves muy protegida.

La asesina recogió sus armas y las mantuvo en sus manos con fuerza para después hablar.

-Claro, gracias por todo eso de salvar mi vida, Aghniat, ¿Y tú?.

-Leonidas, ahora, será mejor que vayas dentro. No creo que puedas mantener ni una batalla sola.

Dijo el guardián con bastante arrogancia, en tono burlón.

-¿Crees que este es el maldito momento de hacer bromas, imbécil?.

-Hey! Que tal si usas esa rabia contenida en la gente del ariete, Acaba con ellos rápido, iré a defender el puente para poder quemar el ariete

Dijo Leónidas antes de irse, sin darse cuenta el ariete había avanzado bastante, ya no veía a su maestro pero eso no impediría que fuera hacia el ariete a cumplir su misión encomendada, al llegar terminó con la vida de bastantes soldados que, más bien parecían granjeros y no con muchas energías para luchar, de arriba del ariete cayó sobre ella una mujer adulta que atacaba su cuello, rápidamente comenzó a forsejear y a alejarla de su cuello usando su daga, poniéndola en su boca. Así hasta que la mujere se apartó. Ambas se levantaron, la otra guerrera se movía como un abestia salvaje la cual se volvió a abalanzar con fuerza, como respuesta la asesina se abalanzo hacia la izquierda esquivando el ataque para posteriormente tomar de la cintura a la contraria y apuñalarla, está vez de forma más profunda que a la valkiria, esto porvocando un desangre profundo.
La de capucha se separó y no paso ni un segundo cuando ya tenía el filo ajeno frente a sus ojos, recibio el golpe en todo su casco, causando un contundente golpe al rostro y bastantes daños al casco. Esto hizo que se quedará aturdida, cosa que aprovecjo la contraria para clavar su hacha en la pierna de la asesina, la cual se inco ante ella. Está vez estaba sola. La mujer nórdica tomo su cuchillo y soltó un golpe hacia el rostro de la asesina con el pomo de su mango, el cual movió levemente su cabeza, simplemente perdiendo su capucha, acto seguido tomo su daga, clavandola directamente en el cuello de la nórdica. De esa forma logro limpiar el ariete enemigo. Se levantó bastante herida y cansada, recargando sé en lo que podía, decidio recargase sobre sus pies a un lado de la puerta pues la pobre chica ya estaba agotada, pero seguía alerta por el ataque. Escucho como los vikingos se replegaban, solo quedaba un "invasor" un "Jarl" por su aspecto: tatuajes en todo el cuerpo, un arma mas vistosa y una armadura más resistente. Este último guerrero fue confrontado por el templario. Abrió con un golpe con su guante afilado, bloqueo el contra ataque enemigo, haciendo que retrocediera, acto seguido empaló con su espada al contrario,corriendo rápidamente hasta el muro, dónde saco su espada de el y termino por cortar gran parte del rostro contrario del que solo se escuchaban jadeos de dolor. El templario desvío los ataques del vikingo, hasta que, de un estoue por arriba pudo derribarlo, posteriormente atravesó su pecho usando su mano, permitió que su contrario se arrodillara para contemplar el horizonte y antes de proceder a decapitarlo pronuncio unas palabras a su rival en un idioma que Aghniat no fue capaz de entender.
La asesina vio todo eso sin saber cómo reaccionar, detrás de ella llego Leónidas, el cual estaba igual de contento que los demás.

-Defendimos esto sin destruir su ariete, ¿No te parece increíble, Aghniat?

Dijo Leónidas para luego ir con Gabriel, con el que converso un poco mientras disfrutaba su victoria. La asesina se sentó en el suelo para respirar. Poco tiempo después se acercó su maestro y le habló.

-Te dije que podrías, y me demostrarse que puedes, Asesina. Ahora levantate, este solo fue un ataque desesperado por su parte, están desamparados. Lo que significa que los samuráis tienen aún más poder militar.

-Bueno... Las palizas que me das sirven para algo después de todo.

Dijo la sesima levantándose y enfundando sus armas mientras miraba a Gabriel.

-Claro que lo hacen, pues el te las da! Y Gabriel, ven a verme cuando termines de hablar con la niña!

Dijo Leónidas mientras pasaba a su lado, caminando hacia el fuerte.

-Hoy luchaste bien, quizás no logré divisarte en la batalla pero se notó tu precensia en ella. Ahora, ve a descansar Aghniat, mañana vendrá un amigo bastante cercano y quiero que lo conozcas.

La asesina se quito el casco anillado y se puso su capucha, sin dejar de ver mucho de su rostro siguio hablando mientras caminaba hacia sus aposentos dentro de la fortaleza.

-Gracias por todo eso, templario. Y espero que ese amigo tuyo no me quiera conocer por las cosas que dices de mi, en ese caso pensaré que me tienes en un listón muy alto.

Dijo despidiéndose de su entrenador, pasando por una de las ventanas principales ya estando dentro de la fortaleza, viendo los cadáveres en todo el campo. No le gustaba matar gente enviada a el campo de batalla por alguien más, después de todo nunca lo había hecho. Y técnicamente ellos solo siguen las órdenes que les piden sus amos, son inocentes. Y una vez su maestro le relató: "Mantén tu hoja lejos de la carne inocente".

Por el credo.Where stories live. Discover now