♡ : CAPÍTULO IX

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La rapidez con la que el viernes llegó tenía nervioso a Jeongin, quien se encontraba moviendo sus dedos de una forma ruidosa sobre los documentos que se encontraban frente a él. Si bien se encontraba a solo unos minutos de abandonar la sala de juntas que se había aburrido de escuchar las mismas palabras repetidas veces por parte del jefe del departamento de contabilidad.

—Llevo más de dos horas sentado sobre esta silla y lo único que escuchó salir de tu boca es lo mismo una y otra vez, ¿porque hacer tan prolongada esta reunión, Sung?— la voz de Jeongin demostraba que se encontraba fastidiado.— ¿Estas intentando ganar tiempo? Mira si el informe de los balances del mes aún no están listo, me lo hubiese dicho, en lugar de encerrarnos aquí.—Yang soltó un suspiro.—Quiero esos informes pasado mañana sobre mi escritorio después del almuerzo.

—Lo siento señor Yang.—dijo el hombre.

Jeongin solo asintió levemente antes de comenzar a levantarse y recoger sus cosas, mientras que su secretaria hacía lo mismo. Mirando la hora en el reloj de pared se dio cuenta que faltaba casi una hora y media para su encuentro con Hyunjin.

—¿Tengo algo más en mi agenda para el día de hoy?— le preguntó a su secretaria y esta le dio un vistazo a la iPad donde portaba la agenda digital de Jeongin para luego dar una respuesta negativa.—Bien, deja todo en orden antes de irte a casa.

Tras haber abandonado la empresa condujo hasta la que seguía siendo su casa, sus planes eran darse un larga ducha, quitarse el molesto traje, para luego vestirse con algo cómodo. Al llegar se encontró su aún esposa y tras un breve saludo se encaminó hasta el bao. Si bien ellos habían acordado divorciarse por alguna razón en específico habían llegado al acuerdo de seguir siendo amigos. Y es que antes de ambos se convirtieran en novios eran muy buenos amigos, y era por ello que ambos había decidido no perder esa relación de amigos.

Con los minutos pasando con rapidez, Jeongin se duchó y vistió, para luego hacer la típica maleta de todos los viernes por la noche.

—¿Vas a verlo?— preguntó Rosé.

—Si, necesito ser sincero con él.—respondió.—No sé cómo lo vaya a tomar, pero estoy listo para las consecuencias.

La azabache soltó un pequeño suspiro antes de caminar hasta la extensa cama donde se sentó, le dolía saber que el hombre que ella amaba se encontraba en un dilema amoroso por otro hombre. Y le dolía más saber que había sido ella la causante de que Jeongin estuviera en ese dilema porque hace solo dos días tuvo el valor de preguntar quién era él hombre que su esposo deseaba, y para sorpresa de ella resultó ser el urólogo que ella misma había buscado para él.

Y es que ella jamás se imagino que alguien como Hyunjin pudiese arrebatarle a su marido y menos que Jeongin hubiese aceptado tal relación con otro hombre, pero la vida daba mil y un sorpresa.

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Seis y media marca el reloj digital de su automóvil cuando Jeongin aparcó a las afuera del edificio donde se encontraba el apartamento de su urólogo y no dudó en enviarle un breve mensaje avisándole que se encontraba frente al edificio, si bien podían hablar en el departamento de Hyunjin donde obviamente tendrían más privacidad, Yang se negaba entrar a ese departamento pues si está sería la última vez que vería a su amante, prefería hacerlo en un lugar donde ellos no tuvieran tantos recuerdos juntos; unos pocos segundos después de haber recibido un mensaje donde Hyunjin avisaba que ya se encontraba bajando, lo vio salir del edificio vestido con unos pantalones jeans de color negro y una camiseta completamente blanca y unos zapatos deportivos.

La vestimenta lo hacía verse más relajado y juvenil de lo que usualmente se miraba con su pijama para ir al hospital o su clínica. Con una sonrisa nerviosa lo recibió cuando este se introdujo al automóvil.

—Días sin vernos.—fue lo que dijo Hyunjin al entrar.— ¿Como has estado?

—¿Puedo mentir?— preguntó Jeongin aún sonriendo una vez puso el auto en marcha.

Hwang guardó silencio un segundo.

—No, no puedes mentirme, ¿algo anda mal?— su tono era de preocupación.— ¿Problemas con Rosé?

—Algo así.—Suspiro.—Ya te contaré cuando lleguemos al bar, ¿tu semana como estuvo?

Esa pregunta fue la clave para ambos se embargarán en una amena conversación, hasta que llegaron a un pequeño bar a solo unos cuantos kilómetros del departamento y que parecía tener una temática más tranquila a los demás bares, este se encontraba tranquilo a pesar de ser viernes y que todos los jóvenes buscaba algún bar para divertirse.

La el nombre del bar se encontraba levemente iluminadas por luces neón y la música se escuchaba levemente desde el pequeño parqueo; una vez bajaron del auto se adentraron al local y la bonita iluminación del bar los recibió.

—No sabía que este lugar existía.—murmuro Hyunjin asombrado.—es fascinante.

—Lo descubrí hace unos días gracias a una reunión de negocios.—dijo.

El despejado bar contaba con una bonita decoración rústica, y con una iluminación perfecta que te hacía ser capaz de estar al tanto de lo que ocurría a tu alrededor, incluso los demás clientes eran personas adultas, lo que explicaba porque se encontraba casi vacío, el estilo del bar no era lo que buscan los jóvenes de ahora. Siendo atendidos por un amable mesero fueron llevados hasta una bonita mesa apartada del resto; la música era suave, permitiendo que se disfrutase de la bebida y la compañía o incluso de la soledad.

Jeongin pidió un un whiskey doble mientras que Hyunjin pidió una cerveza. Una vez la bebidas llegaron les dieron un sorbo.

—Hay algo de lo que debo hablarte.—comenzó Jeongin.

No había sido capaz de hablar antes haber dado un trago de alcohol.

—¿Qué sucede? ¡Espera! En el auto he pregunto si ha sucedido algo con tu esposa y has dicho que si...-dijo Hyunjin con el entrecejo fruncido mirando a los ojos a Yang.— ¿Qué sucede con ella? ¿Está embarazada?

Jeongin negó levemente.

—Rosé no está embarazada.—respondió.—De hecho lo que sucede es que ella ha estuvo sospechando que la engañaba así que ella me ha seguido el fin de semana pasado y nos ha visto besándonos cuando hemos regresado de la fiesta de tu primo.

El rostro de Hyunjin cambió por completo, su expresión era indescriptible, y Jeongin se vio en la obligación de darle otro trago a su bebida.

—Y me ha pedido el divorcio, no he podido negarle nada, porque no soy un cobarde de que huye de sus problemas.—agregó.

—¿Vas a darle el divorcio?— preguntó Hwang con un tono de voz que Jeongin no logro descifrar.

Jeongin asintió y por alguna razón algo en Hyunjin se sintió aliviado con la respuesta.

—Si, es lo menos que puedo hacer con ella.—se encogió de hombros.—Lo que voy a decir puede cambiar las cosas entre nosotros y es algo para lo que estoy listo, sea cual sea tu reacción.—tomó aire antes de hablar.—Mientras discutamos, si es que podemos llamarlo así, ella ha preguntado si te quiero...

—¿Lo haces?— Interrumpió Hwang— ¿Me quieres Jeongin?— le interrogo.

Jeongin guardó silencio unos segundos y se dijo a sí mismo que no importaba que pasara después de ello, debía ser sincero y dejar de ser un cobarde en aceptar sus propios sentimientos.

—Lo hago, te quiero Hwang Hyunjin.—respondió con una sonrisa.—Y no me importa si tú no sientes lo mismo por mi, solo quería que lo supier...

Las palabras de Jeongin fueron calladas por los finos labios de Hyunjin. Yang tardo unos segundos en reaccionar y corresponder el beso.

—También lo hago, te quiero Yang Jeongin.—le dijo con una pequeña sonrisa mientras se volvía a sentar.

The urologist ❁ HyunInHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin