Con la sensación de aquel dedo medio completamente introducido en su recto, Jeongin comenzó a sentir como este tocaba su próstata dando pequeños golpecitos haciendo que su cuerpo reaccionara de forma traicionera puesto había comenzado a temblar y su polla ya se encontraba goteando el característico pre—semen. Con sus dientes mordiendo con fuerza Jeongin sintió como otro dedo de una sumando a la exploración de su recto.

—Por lo que puedo sentir, tu próstata se encuentra completamente saludable, reacciona muy bien a los toques, y no se encuentran abultamientos extraños en ella.—Explico Hwang con profesionalismo, Sin embargo, su voz se escucha gruesa y cargada de deseo.—Todo está en orden, ahora necesito saber si quieres que pare mis acciones, ¿Lo deseas Yang?

¿Deseaba que aquellos toques llegarán a su fin? Posiblemente no, pero se negaba a contestar, puesto sabía que si lograba abrir la boca lo único que saldría de ella sería el mar de gemido que se había encargado de retener, pero un fuerte azote en su culo logro que este soltara su labio claramente maltratado por sus dientes y que un fuerte gemido saliera de la boca, y haciéndole recordar lo domínate que era el doctor y como le gusta ser llamado cuando estaba cegado por el placer.

—Pregunte algo—Dijo Hyunjin con su tono autoritario—Cuando te haga una pregunta tienes que contestar con rapidez, ¿Quedo claro?

—Si, señor quedó claro—contesto Jeongin también cegado por el placer.

Satisfecho con la respuesta de su paciente, Hwang dio inicio a una serie de penetraciones con sus dedos largos y delgados, haciendo que este dejara de reprimir sus jadeos y gemidos.

—¿Debería parar, Yang Jeongin?— preguntó

—No, señor.

Sonriendo por la respuesta de su paciente, Hyunjin aumentó el ritmo de las penetraciones. Viendo el cuerpo de Jeongin estremecer y escuchar sus agudos gemidos envían una descarga de placer dirigida a su polla, la cual estaba completamente dura y pidiendo atención. Jeongin por su parte se encontraba con los ojos cerrados y la boca entreabierta soltando un mar de jadeos y gemidos los cuales eran ocasionados por los expertos dedos del doctor. Sin ser consciente de las acciones de su cuerpo, Jeongin comenzó a mover su culo hacia atrás para tener más contacto con los dedos del doctor.

Si bien las novedosas sensaciones lo tenían abrumado, el hecho de sentir los dedos salir bruscamente de su interior de su cuerpo y su espalda tocar el cuero que cubría el colchón lo abrumó aún más. Sin tener el espacio de poder protestar, Jeongin sintió la cálida y húmeda boca de su doctor tomar su gruesa y completamente erecta polla para comenzar a succionarla con rudeza, haciendo que el aire abandonara el cuerpo de Jeongin.

—¡Santa Mierda!— exclamó una vez fue capaz de recuperar el aire perdido.

Soltando gritos de placer y sintiendo pequeños espasmos de placer, Jeongin dejó toda la situación en la boca de Hyunjin, quien chupaba con avives desde la base hasta el enrojecido glande, para posteriormente pasar hasta los testículos de este, haciéndolo gemir con brutalizas y torcer los dedos de sus pies; Soltando el miembro de Jeongin, Hyunjin tomó una bocanada de aire y en ese intervalo de tiempo fue capaz de observar el desastre que era su paciente, el cabello ligeramente desordenado, ojos cerrados, mejillas teñidas de carmesí y labios ligeramente abiertos, era la imagen que los ojos de Hyunjin capturaban.

Y aunque el conjunto de todo aquello era lo suficientemente atrayente, había algo que capturaba la atención del doctor, los labios rojos e hinchados que pedían a gritos ser besados y dominados en una guerra por el control. Con el deseo de dominar aquellos labios, Hyunjin subió hasta ellos y sin perder el tiempo posición sus finos belfos sobre aquellos gruesos, donde sintió el dueño de aquellos gruesos belfos tensarse mientras el comenzaba a moverse con lentitud hasta que noto como el beso era correspondido de apocó dándole la señal perfecta para comenzar a devorarlos con pasión.

The urologist ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora