Capítulo 8

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—Nobara... ¿qué hicimos esa noche?

La cabeza y corazón de la chica casi explotan al escuchar la pregunta. Sus latidos aumentaron de forma inesperada mientras que su cabeza dejó de pensar. Con una reacción tan obvia dejó claro a Maki que realmente si pasó algo.

La peliverde volvió a entrar a la casa, cerrando la puerta por detrás suya aún teniendo algo más importante que hacer, pero quería quitarse este lío de la cabeza. Anteriormente, había pensado en qué se supone que le ocultaban todos, pues se notaba bastante y más por parte de su mejor amigo, también Fushiguro había dado señales de querer ocultarle algo, sabía que tenía que ver con esa noche pues la actitud de sus amigos cambió notoriamente, más que podía reconocer a Nobara entre sus recuerdos.

Recientemente recordó algo que no quiso creer, pero por raro que a ella le suene... Piensa que la besó.

Nobara no se movió de su sitio, pensando sobre la situación. Si bien pensó en mentir, eso no se le daba bien. Tragó saliva, aún atreviéndose a mirar sus ojos miel tan intimidantes. Cualquier excusa serviría para decir que también estuvo ahí y no hicieron nada, pero si le mentía tal vez quedaría mal con ella para siempre.

No quería perderse a alguien tan interesante tan rápido y menos si ya tenía un flechazo con ella, porque si le preguntaran sería incapaz de negar que pensaba en ella a cada rato.

—Maki-san, no quiero que te enfades.— Avisó por si acaso, si ahora salía con un arrepentimiento (que esperaba que no), no querría tampoco que se enfade con ella. Frunció el ceño y asintió. —Cualquier cosa que me digas no cambiará nada, lo juro.

—Bien.— Sus palabras le tranquilizaron un poco más. —Seré directa, no pienso esconder más el secreto.

—Dilo.— Dijo en un tono frío, se notaba su impaciencia por querer confirmar las cosas, porque realmente besar a una chica... No era algo que se había planteado alguna vez. Quería confirmar de inmediato si fue un sueño o algo que se había creído ella sola. —Maki-san...

—Tú y yo nos besamos aquella noche.

Nobara no entendió de donde sacó tanta valentía de repente para ser capaz de decírselo a ella y no a nadie más. Maki la miró a los ojos, dándose cuenta de que no mentía ni tampoco tenía la misma mirada que los otros al querer ocultarle algo. La desvío, llevándose una mano a la boca mientras pensaba en la situación confirmada. Sobó sus labios por debajo de su mano, sintiendo un pequeño cosquilleo al tener ese pequeño recuerdo de cómo juntaban sus labios. En cualquier situación cree que ella misma habría reaccionado mal por haber sido un beso robado y  más al ser por parte de una mujer, pero no lo puede recordar con desagrado.

Mientras que la mayor procesaba aquellas palabras, la pelirroja tenía sus mejillas de color rojizo al ver que no decía nada. Analizó su rostro y no tenía una cara decepcionada, pero cuando vio que no hablaba le asustó aún más. Fue mayor el miedo cuando los ojos miel volvieron a encontrarse con los suyos, viendo ahora su rostro destapado.

Un pensamiento fugaz pasó por la cabeza de Maki cuando el recuerdo volvió a hacer presencia y la miró a los ojos. De alguna forma la encontraba indefensa, pero también le parecía atractiva la idea de poder hacer algo con ella. Ahora sabía que le gustaba a la menor, no era tonta. Los Zenin eran una familia muy perspicaz y ella no era menos, se había dado cuenta de las cosas desde antes sin que alguien le dijera algo.

—Nobara...— Dijo en mitad del aire, haciendo que un escalofrío recorra el cuerpo de la mencionada. Se mantuvo firme como pudo, intentando demostrar que no se sentía como una presa delante de ella. —Si te dijera que no me acuerdo del todo bien y no soy capaz de acordarme...

Give it back - NobamakiWhere stories live. Discover now