Capítulo 5

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—Tú te lo has buscado.

Nobara no tardó ni medio segundo en lanzarse a besarla tras escucharla. Maki no tuvo tiempo de decir algo más, pues sus labios estaban sellados por los de la contraria en un beso tan urgido como la misma noche.

Dejaron de estar pendiente de los demás y se concentraron solo en ellas dos, pudiendo hacer que todos puedan ver las profundas ganas que tenían desde esa misma noche. Maki no se contuvo más, pues las pocas interacciones que tuvo con ella la provocaron como nunca antes. La agarró de las caderas con fuerza, tirando de ahí para juntarla lo máximo posible en la posición en la que estaban. La pelirroja hizo el intento de gemir, pero fue en vano cuando la lengua de Maki entró sin previo aviso. No se dieron el derecho a disfrutar de un beso normal, pues aquello era tan sucio que lo único que querían era sentirse de una forma muy desesperada.

Los amigos de ambas chicas silbaban y aplaudían con fuerza, observando el número que estaban formando en el sofá de Toge. Se quedó boquiabierto junto a Yuta, más que este último no esperaba que Maki podía ser tan caliente.

—¿Por qué cuando estuvo conmigo nunca tuvimos un beso así?

—Creo que porque Rika nunca os dio la oportunidad de tenerlo.

Nobara ya tenía experiencia besando a chicas, o mejor dicho ya lo había hecho antes, pues nunca ha despertado interés por los chicos. En el caso de Maki, era la primera vez que estaba probando a besar a una chica, aunque lo estaba haciendo bajo los efectos del alcohol.

De alguna forma la pelirroja logró tomar el control de beso, y aunque intentara suavizarlo, la de ojos lima era imposible de parar. El aire se convertía en una necesidad, pero aguantaron unos segundos más, no sin antes de que la peliverde mordiera sus labios de forma posesiva, sacando un gemido inevitable en la pelirroja.

Todos aplaudieron con fuerza, excepto el pelirosa que miraba la escena con recelo. Poco después volvió a sonar el timbre, pero esta vez fueron quejas de los vecinos.

Los dolores de cabeza se hicieron notar con mucha fuerza una vez marcaron las doce de la tarde

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Los dolores de cabeza se hicieron notar con mucha fuerza una vez marcaron las doce de la tarde. La iluminación era escasa, apenas entraba un hilo de luz por la puerta. La peliverde ni se molestó en moverse, pues le dolía todo el cuerpo y aún más la cabeza por la resaca de ayer.

Su mayor esfuerzo fue intentar ponerse boca abajo en la cama, hasta que se dio cuenta de que ese no era su cuarto. Al principio se sentó de golpe asustada, después vio a Megumi dormido en la  cama de al lado y recordó que se había quedado a en casa de su mejor amigo a dormir.

—¿Maki?— Se asomó el de pelos plateados por la puerta, pues había notado como se movía su amiga. La chica respondió con un gruñido, dudando en sí volver a tumbarse o dedicarle un mínimo de atención. El chico no se cortó en entrar, encima de que era su casa. —Ayer te pasaste bebiendo.

Give it back - NobamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora