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En los pasillos bulliciosos del Instituto de Arte de Buenos Aires, la llegada de Kali generó una mezcla de expectación y murmullos. A sus 19 años, la joven se mudaba a la ciudad para embarcarse en una carrera de actuación, trayendo consigo un aura de misterio y sensualidad que no pasó desapercibida.

Con su estatura pequeña y una apariencia que combinaba la inocencia con un toque de seducción, Kali causó revuelo al presentarse ante sus nuevos compañeros.

—¡Hola a todos! Soy Kali espero ser bienvenida en esta clase.—Kali se presentaba ante la clase.

Los susurros de admiración y las miradas indiscretas seguían sus pasos mientras se sentaba en los asientos de la sala.

Al lado de ella, sus ojos se encontraron con Matías Recalt, un chico encantador que se convertiría en su primer aliado en este intrigante camino.

—¡Hola! Soy Matías. Me encanta tu outfit súper coquette, en esta universidad las personas suelen vestir mal y como hippies, que suerte que viniste!—Le decía emocionado a la chica nueva.

Kali lo miro raro, pero en realidad le cayó muy bien.

—Gracias, tarde mucho en pensar que me iba a poner hoy, vos lucís increíble también.

Y con una sonrisa mutua entre los dos ahí nació una gran amistad entre Kali y Matías.

Mientras esperaban al profesor sentados algunos chicos se atrevieron a buscar su número, pero ella prefirió mantener el enfoque en lo académico.

—Oye, Kali, ¿podría tener tu número? Podríamos salir a tomar algo.—Un chico muy interesado en ella esperaba su respuesta.

—Gracias, pero estoy más enfocada en el instituto ahora. Tal vez otro día.—ignoro totalmente al chico siendo amable.

El ambiente se cargó con anticipación cuando llegó la primera clase de historia del arte, y con ella, el profesor Enzo Vogrincic. Un hombre de 30 años, con una presencia dominante y una mirada que no pasaba desapercibida. Su lujuria velada no pudo evitar posarse en Kali, quien, ajena a la atención del profesor, se sumió en un desinterés evidente por la materia.

No pasaron 30 minutos de clase que Kali cayó dormida en su escritorio.

Matias en la clase intentó despertarla pero ante su intento fallido la dejo descansar en su asiento.

Después de la clase, unos pasos decididos resonaron en la sala, acercándose directamente hacia Kali, la recién llegada que había caído rendida sobre su escritorio.

—¡Oye niña, despierta! ¿Te parece gracioso dormirte en mi clase? —regañó el profesor Enzo con firmeza, sus palabras cortantes como el filo de un cuchillo.

La vergüenza envolvió a Kali, pero en lugar de doblegarse, su desdén hacia la materia y el profesor solo se intensificó.

—Tienes suerte de que no haya tomado medidas más severas. No tolero la falta de respeto en mis clases. —Enzo le habló con un tono bajo, cargado de desdén hacia la joven.

—Disculpe, profesor, su materia no es de mis preferidas. Prefiero el teatro en la práctica y no en la teoría —respondió Kali con un atisbo de valentía.

La mirada de Enzo se volvió más intensa, un odio apenas disimulado.

—Veo que eres nueva aquí, Montes. Te veré en un rato. Te recuerdo que también soy tu profesor de teatro. Sugiero que aprendas a respetar las normas antes de que te metas en problemas —advirtió Enzo, su tono amenazador resonando mientras agarraba sus libros y se alejaba, dejando a Kali sumida en un mar de emociones y expectativas en su primer día en el Instituto de Arte.

𝑻𝒆𝒂𝒄𝒉𝒆𝒓'𝒔 𝑷𝒆𝒕 / 𝑬𝒏𝒛𝒐 𝑽𝒐𝒈𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒄Where stories live. Discover now