¡Wade! ¿Estas bien? Por favor, responde! – Pusiste tu mano en su pecho y sentiste que su corazón apenas palpitaba.

Con tus manos temblorosas sacaste tu celular y marcaste a la ambulancia, te contestaron y empezaste a contarles lo de la pelea.

Mientras tanto, Karaku, quien estaba siendo sostenido por sus tres hermanos, te miró, miró como estabas preocupada por el, eso hizo que abriera los ojos más de forma leve.

Miró sus manos y su ropa, todo de él estaba lleno de sangre.

"¿P-Pero que hice?" – Se preguntó a sí mismo, seguía mirando sus puños de sangre.

¿¡Estas loco o que?! ¡Pudiste matarlo! – Sekido le grito, este no respondió, solo te miraba a ti y a Wade inconsciente, casi muerto en el suelo.

Repentinamente, una sonrisa algo escalofriante creció en su rostro, tú le colgaste a la ambulancia pues ya venían en camino, miraste a Karaku y este a ti.

Vio a detalle tu expresión con miedo, él como temblabas ante el, por algo que él había hecho, eso le dio por una razón extraña una sensación de felicidad y sadismo.

¿¡Ya ves?! ¡Eso es lo qué pasó por acercarte a Akari! ¡Maldito gusano infeliz! ¡Te terminaré de matar, te matare! ¡Lo juro! – Grito con sus fuerzas y su sonrisa creció más, le encanto golpearlo, ver esa expresión que pedía piedad, lo había disfrutado tanto que tenía ganas de volver a sentir esa sensación de nuevo.

Todas las personas alrededor no pudieron evitar mirarlo con algo de miedo e incluso se alejaron de ese lugar.

De repente, se escucharon las sirenas de policía a lo lejos que llegaban.
Ante eso, tus cuatro hermanastros se apresuraron en darse la vuelta y salir corriendo de ahí.

Tú te les quedaste viendo como se iban, no podías creerlo, no sabías qué hacer en ese momento, miraste a Wade, quien seguía inconsciente semi-muerto y soltaba balbuceos pidiendo ayuda.

Comenzaste a llorar de la desesperación, esas palabras de Karaku...él como juraba que lo iba a matar... te rompieron el corazón y te hicieron sentir demasiado asustada.

El auto de policía se estacionó justo al lado de ti y Wade y de este se bajaron policías quienes comenzaron a correr por el camino que habían tomado tus hermanastros, con la intención de atraparlos.

Pronto llegó la ambulancia y cargo a Wade, quien cada vez dejaba de respirar con más frecuencia.

¿Estará bien? – Le preguntaste a un enfermero mientras los otros ponían a Wade en la camilla y lo subían.

Apenas respira, y eso con dificultad, hay muy poca probabilidad de que sobreviva. – Informó, sentiste como se te rompía el corazón más de lo que ya estaba.

Sentiste una culpa inexplicable, si no fuera por ti, quizás Wade estaría bien, o eso era lo que pensabas.
La ambulancia te dio permiso de que subas con Wade, así que te subiste y te sentaste al lado de él, este seguía inconsciente, y mientras lo llevaban al hospital lo conectaron a una máquina que decía o más bien mostraba sus latidos, mirabas con una expresión perdida como apenas este luchaba por sobrevivir.

Pero, también estabas asustada por algo más,  no sabías que pasaría de ahora en adelante... es decir, tus hermanastros se escaparon de la policía y que pasara? Tú decidiste quedarte con Wade... sabes que tarde o temprano tendrás que volver con ellos o ellos te buscarán y tenías miedo de lo que podrían hacerte.

Todo tu cuerpo temblaba sin parar, no sabías qué hacer, no sabías qué pensar, eras como una huérfana desde ahora.

Ahora que lo recordabas, viviste por algo parecido en tu infancia... tenías un amigo en la primaria, estabas en tercero de primaria y tus hermanastros en sexto, aquel chico siempre acepto como eras y nunca te dejaba sola con ellos.

Un día, no volvió a la escuela... y a las semanas después anunciaron su muerte en las noticias, todavía no lo súperas...

 y a las semanas después anunciaron su muerte en las noticias, todavía no lo súperas

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Condenada en vida | Clones de Hantengu yanderesWhere stories live. Discover now