5- Sobrevivientes

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Me acerqué a la cocina cuando escuché a Nicolás y a su papá hablando.

-Papá, déjame ir; nos vamos a quedar sin qué comer -dice Nicolás, con un tono de urgencia en su voz.

-¡No! Ya te lo dije, es peligroso; las criaturas han aumentado por el lugar -responde el Señor Daniel, con firmeza en su decisión.

Fui hacia la ventana y corrí las cortinas; afuera se veía como todo estaba igual que antes, solo que a lo lejos se veían más criaturas de lo normal. El señor Daniel tenía razón...

Pero... ¿En serio la comida se estaba acabando? Si es así, entonces yo podría traer lo que tenía en mi casa; no sería mucho, pero serviría. Aun así, tendríamos que salir.

Me quedé observando, era la primera vez que veía una pelea entre ellos.

Nicolás frunció el ceño.

-Papá, ¡no puedes quedarte sentado sin hacer nada! Podemos buscar una solución. No podemos simplemente esperar aquí y que mágicamente aparezca la comida.

El Señor Daniel se puso a la defensiva.

-No voy a poner en riesgo tu seguridad, hijo. No entiendes lo peligroso que es.

Nicolás levantó la voz.

-¡Pero necesitamos salir! No podemos quedarnos de brazos cruzados.

En ese momento, decidí intervenir; necesitábamos una solución, no pelear.

-¡ALTO! ¿Me podrían explicar qué está pasando?

Me dispuse a hablar; alguien tenía que buscar una solución porque al parecer ellos no lo harían.

-Ambos tienen razón; sí, es peligroso, pero también necesitamos comida. Además, ¿por qué no me lo dijeron antes? Sé que estoy aquí porque... mi casa no está en el mejor estado, pero también puedo ayudarles. Tengo comida en mi casa y puedo traerla. Además, ya hemos salido antes; esta vez no será diferente, a excepción de que hay más criaturas. Pero si pudimos antes, ¿por qué no ahora? Solo necesitamos equiparnos y, ¿quién mejor para ayudarnos que usted, señor Daniel? Tiene armas y muchas. Lo mejor será salir cuando salga el sol. ¿Qué opinan?

Vi la vergüenza en sus caras; podía entenderlos, estaban peleando algo que tenía solución. En ese momento, Daelyn entró en la cocina.

-¡Hola! -dice Daelyn con su auténtica sonrisa, claramente ella no tenía ni idea de lo que pasaba.

En este caso, fue el señor Daniel quien habló.

-Daelyn, ¿qué haces despierta? Anda a dormir, es muy temprano todavía.

-Okey, papá, solo venía por un vaso de agua -dice manteniendo su sonrisa, saco un vaso, lo tomó y se fue adormilada a su habitación.

En cuanto Daelyn se fue, la tensión volvió.

-Entonces, van a necesitar armas. Nicolás ya tiene una, pero tú no, sígueme-dice el señor Daniel con firmeza.

Pude ver que a Nicolás se le creaba una sonrisa al ver que su papá había aceptado.

Aunque es extraño escucharle hablar de esa forma; casi nunca hablaba así, por lo que me sorprendió.

La gema mistica (primera versión) Where stories live. Discover now