𝐑𝐄𝐒𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓 𝐄𝐕𝐈𝐋 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝟐

𝟎𝟏: 𝐄𝐱𝐩𝐨𝐬𝐞𝐝

A pesar de ser amigos, es un poco cerrado. Lo comprendes, no puedes empezar a pensar en las cosas que este hombre ha visto y por las que ha pasado, pero haces lo mejor que puedes para al menos estar ahí para él o saber que estás pensando en él cuando se pone así. Mucha gente usa a Leon y no se da cuenta, así que intentas hacer todo lo posible para hacer cosas por él, en lugar de irrumpir y necesitar algo. Siempre has sentido algo por él, pero nunca reuniste el valor para decirlo.

Ustedes dos son los únicos que quedan en el edificio y cuando estas terminando decides ir a verlo para ver si todavía está aquí. Todavía está en su escritorio, luciendo como si no hubiera dormido mucho en días. Preocupada, llamas suavemente a su puerta. Levanta los ojos para mirar la puerta sin mover la cabeza y ve que eres tú y te hace un gesto para que entres.

Te alegra ver que no bebe, parece estar intentando reducir su consumo y te alegras por ello. No estás en contra, pero él estaba tratando de beber para solucionar sus problemas y no estaba exactamente funcionando y se dio cuenta después de hablar contigo. Ha estado un poco más tenso y rígido desde entonces, pero no se ha desquitado con nadie. Simplemente se ha cerrado más y te duele verlo luchar.

Deja el bolígrafo y se recuesta en la silla, poniendo los brazos detrás de la cabeza. Notas que su camisa abotonada tiene algunos botones desabrochados en la parte superior, dejando un poco más de su pecho al descubierto de lo habitual. Contrólate a ti misma. "¿A qué debo este placer?" dice en un tono cálido.

Incluso cuando está pasando por alguna mierda, siempre trata de ser amable y suave con quienes lo rodean, generalmente disfrazado de sarcasmo, pero la calidez está ahí. No sabías si lo imaginabas la mitad del tiempo, pero él parecía coquetear contigo, y esta parecía un poco como una de esas ocasiones. Sin embargo, tenías demasiado miedo para descubrir la línea entre sus chistes y esto.

"Solo quería ver cómo estás, sé que has estado trabajando muy duro y solo quería ver cómo te va y si hay algo que pueda hacer para ayudarte". Estás nerviosa al preguntarle esto, ya que normalmente no eres exactamente amable con él. Sólo un gran listillo.

Parpadea y parece que está tratando de procesar lo que le acabas de decir. Se inclina hacia adelante y pone los codos sobre el escritorio y notas que tiene las mangas arremangadas hasta la mitad. ¿Por qué siempre hacía tanto calor?

"...Gracias", dijo finalmente. No esperabas un agradecimiento, no sabías realmente lo que iba a pasar. "Te lo agradezco. Si soy honesto, hace tiempo que nadie me pregunta cómo estoy. Realmente no sé qué decir".

De repente te sentiste triste. Siempre hace mucho por la gente y nadie le devuelve el favor. No sorprende que se mantenga reservado la mayor parte del tiempo.

"¿Quieres hablar de algo?" dices mientras te acercas a su escritorio. No hay otro asiento en su oficina, por lo que no estás seguro de adónde ir si él quiere que te quedes.

Se mira las manos por un minuto, tratando de decidir si debe ser honesto contigo o alejarte. En contra de su mejor juicio, toma su decisión.

"Hazme compañía," dice finalmente. Aún no te ha mirado, pero ves que su mandíbula se tensa. No fue fácil para él decirlo.

"Por supuesto, cualquier cosa." dices en el tono más suave que puedas. Usualmente ustedes dos no eran más que unos idiotas el uno con el otro, pero sabían cuándo hablar en serio.

Dudas, pero caminas detrás de su escritorio hasta donde está él y pones tus manos sobre sus hombros. Inmediatamente se pone tenso, pero no se aleja. Está conteniendo la respiración sin darse cuenta y sientes que la deja salir. Cuando lo hace, comienzas a frotar y masajear suavemente. No tienes idea de si esto te está ayudando, pero decides al menos intentarlo. Sabes que abrirse no es lo más fácil, así que intentas transmitirle que no tiene que hablar si no quiere.