El camino de regreso era muy largo, tuvieron que volver a estacionarse un rato solo para llenar la camioneta de combustible y para que vallan al baño. La espalda dolía de solo estar sentado por muchas horas e incluso dormir ya era difícil, preferían estar en su forma animal para llegar más rápido, lo malo es que romperían la ley y eso se enterarían gracias a las cámaras bastantes que los vigila todo el día y la noche.

Siendo las once de la noche lograron llegar a tiempo en la casa de la mamá adoptiva de Julia.

— por fin llegamos. Con cuidado salgan – hablo un alfa con una sonrisa de lado al ver a su esposa desde la ventana que le amenazaba con la mirada — ¿nos darán cena?

De poco a poco salían mientras se estiraban y algunos golpeaban suavemente sus piernas al tener un calambre, si se quejaban de dolor serían unos cobardes ante los demás miembro de la familia que estaba saliendo de las camionetas.

La única que no salía era Julia, no porque estaba cómoda, sino porque el omega que estaba sentado en sus piernas no se movía para salir.

— oye – toco la mejilla del omega que estaba durmiendo cómodamente en su piernas — levántate por favor ya no siento mis piernas

La única respuesta que llego a tener solo era en que el menor se siga moviendo de su lugar solo para seguir durmiendo, su boca estaba entre abierta y parte su pelo tapaba sus ojos, se podía notar un poco sus pequeñas clavículas que al parecer querían ser muy notorios por esa piel blanca que tenía, en sus manos se podía notar sus huesos.

El pequeño coreano no había tenido una buena alimentación y de seguro unos cuantos días más ya estaría en el cielo.

— problemas – Julián miro a su hermano que solo se alejaba del omega — te ayudo a quitarlo de tu encima

No espero respuesta de su hermana así que solo agarro de su brazo y piernas para sacarle de ahí para poder sacarlo sin despertarlo, lo malo fue recibió un golpe en su hombro, no fue tan fuerte para el alfa era como si una hoja solo hubiera caído y para el coreano era uno golpe de guerra que podría derrotar a todos.

— no me vuelva a tocar — sus ojos miraron al alfa como un intruso — pervertido

Por fuera se podía ver al omega muy molesto y de que seguro haría una pelea con el alfa pero por dentro estaba temblando de miedo, su corazón latía muy rápido, aun no podía creer de que había salido de aquel infierno. Después de todo, esconderse bien le ayudo a que no sea tocado por ningún alfa y que a pesar de todo no haya perdido lo más preciado de un omega.

— podrías salir de mi encima. Quiero salir – miraba al omega que no despegaba la mirada del alfa para luego verla de la misma manera

Achino sus ojos al sentir ese olor a pino impregnado en él, olvidando que tenía puesta la casaca de la mujer.

— no te hice nada malo – levanto como pudo sus mano

Sin decir nada salió de la camioneta aquel coreano que veía por fin el cielo nocturno adornado con estrellas, sentir como el aire golpeaba su cara le gustaba y más cuando su cabello se movía haciéndole bailar de manera lenta.

La mujer al ya no sentir el peso en sus piernas, salió de la camioneta e imito a los demás en estirarse haciendo sonar su cuerpo.

— ya saliste y ahora no me sueltes – hablo con seriedad queriendo tocar el brazo de la alfa. Solo vio cómo se apartó de el — ¿qué pasa?

— nada, solo no me toques. Ya dormiste bien y te cuide para que nadie te tocara

— pero aún tengo miedo y tú eres la única que no me quiso tocar y ver de otra manera – todo aquella seguridad que había sentido se estaba esfumando

Mi destino (omegaverse)Where stories live. Discover now