Hiruma y Sena se enamoran como una canción de amor.
(Esta es una colección de drabbles inspirados en una lista de reproducción en modo aleatorio).
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Los personajes le pertenecen a Riichiro Inagaki y Yūsuke Murata.
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Los besos con Hiruma son peligrosos. Especialmente en los vestidores, porque cualquiera de sus compañeros de equipo puede pillarlos en una situación muy comprometedora y queden traumatizados de por vida. Y si se trata de Mamori existen dos escenarios: el primero es desmayarse y el segundo es asesinar a Hiruma. Sin embargo, Hiruma parece bastante emocionado con la idea de que los descubran en medio de un acto indecoroso. ¿Acaso es un fetiche por ser observados?
Monta lo miró con sorpresa cuando le dijo que se quedaría en la casa club organizando unas cosas con Hiruma.
—Sena... ¿Estás seguro de quedarte a solas con Hiruma-senpai? —susurró.
—Estaré bien.
—De acuerdo, pero asegúrate de tener en marcación el 110.
Mamori no quiso dejarlo a solas con Hiruma, pero logró convencerla al decirle que los pastelitos que tanto le gustan se encontraban en promoción.
Únicamente Sena y Yoichi están en las duchas —desnudos—; el resto del equipo se fue a sus hogares hace media hora.
La espalda de Sena está presionada contra la pared y gime cuando los dientes afilados agregan otra marca a la colección en su cuello. Sena casi pierde el equilibrio en el momento en que Hiruma sostiene sus pollas y empieza a bombear.
Esto es una dopamina difícil de controlar.
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