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Taeyong despertó abruptamente al sentir un ligero tacto sobre su piel en la zona del hombro, consternado abrió los ojos para encontrarse con Ten y, si mal no recuerda su nombre, Doyoung. Los dos mantenían una mirada fija en el delicado cuerpo del vampiro, analizando cada detalle y señal para saber si Taeyong estaba o no bien. Tanto a Doyoung como a Ten les alegró notar que el color de ojos de Taeyong hubo regresado a ser su natural avellana, así también lucía más sano y vivaz.

—¿Ten?

La voz del joven se notó algo decaída, quizás esperó ver a Yuta cuando despertara, pero sería muy ingenuo de su parte creer que el viejo vampiro se quedaría a su lado luego de tan bochornosa situación vivida. El simple recuerdo le hacía temblar y enrojecía sus mejillas. Pensar en las manos de Yuta, su voz y su cuerpo eran razones suficientes para encender una llama libidinosa en cualquiera.

—¿Cómo estás, Taeyong?

—Desorientado, pero mi cuerpo se siente mejor.

—Has debido beber todas las bolsas de sangre de la unidad del Hospital —bromeó Doyoung.

—... Sólo bebí dos —confesó apenado.

—... No, también bebí de... otra fuente.

—¿A quién le drenaste la sangre? ¿Qué pobre humano tuvo la mala suerte de caer en tus garras? —dramatizó Ten tratando de sacarle el lado divertido a la situación.

—A un vampiro —mencionó con voz baja tomando asiento correctamente en la cama.

Doyoung y Ten se miraron sorprendidos, imaginando la situación y la víctima, el cómo y cuándo, pero más importante el porqué.

—Tu jefe vino a verme, Ten —comenzó a explicar —me dio dos bolsas de sangre pero yo realmente tenía mucha hambre, estaba desesperado..., lo mordí en la muñeca.

—¿Y cómo es que sigues vivo? —casi exclamó Doyoung.

—Él, él no estuvo feliz con eso pero —tomó una respiración tratando de calmar el calor que se instalaba en su vientre e intimidad.

—¿Qué te hizo Yuta?

—Me tocó —bisbiseó sonrojado a niveles insospechados.

El joven vampiro no consideraba un abuso lo que hizo Yuta, de ser así él también cometió abuso cuando comenzó a beber de la sangre ajena sin permiso alguno. Sin embargo, mucho más allá de tan burda justificación estaba el hecho de que le gustó, y mucho. El dueño del Luna Roja era un hombre sumamente atractivo, con una belleza tan atrayente como peligrosa que ahora estaba causando sensaciones en Taeyong. Cuando lo conoció le pareció muy guapo, serio pero muy caliente, y tan codiciado como la sangre misma. Y fue por esa misma razón que nunca se le ocurrió tener algo con él.

—Él me dio su sangre a cambio de...

—¿Te violó? —Doyoung estaba casi colérico al oír lo que el joven mencionó.

—No, no, Doyoung. Yuta sólo me ayudó a recuperarme más rápido, y yo...

—Lo disfrutaste —acusó Ten con malicia.

—Sólo ten cuidado. Yuta no es famoso por sus relaciones románticas, mucho menos por cuidar del corazón de sus parejas.

—Si, mamá —bromeó Taeyong ante la recomendación dada por Doyoung.

Ten tomó una carpeta asentada cuidadosamente sobre la mesa, lo abrió y se encontró con el contrato que Yuta hubo traido consigo el día anterior para que Taeyong lo firmara.

BURDEL VAMPIRO ✩Yutae✩Where stories live. Discover now