❖ 01: objetivo.

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__________ sonrió un poquito debajo de su pasamontañas.

—Ahí estás...— susurró.

Carlos, un viejo verde que se había metido con la mujer equivocada. Había sido contactada por un hombre enfurecido, que decía a gritos que quería matarlo por haberse acostado con su mujer, y obviamente _________ no había tardado en poner el precio. Necesitaba el dinero.

Se acercó a él sigilosamente. Dado que estaban en las afueras de la ciudad no iba a usar arma de fuego, para no alertar a las personas que vivían en aquel barrio residencial. Simplemente se escabulliria hasta cortarle la garganta.

Se acercó despacio justo cuando él se adentraba en los árboles del patio de su casa, pero pronto escuchó un estruendo fuerte, y el cuerpo inerte de Carlos cayó al suelo.
Su mirada viajó al instante hacia el costado, dónde una mujer de cabello corto guardaba su arma en su funda.

Casi sin darse cuenta, ________ estaba corriendo a ella, y sin más se lanzó contra su espalda, tirándola al suelo.

—¡¿Quién mierda sos?!— gritó enojada, forcejeando con la mujer que intentaba escaparse de su agarre. —Hija de puta.

La mujer no respondió, y en cambio continuó removiendose para salir de su agarre.

—¡Quedate quieta! ¿Quién mierda te pagó?

—¡Suéltame!— gritó enojada, pero la rubia no escuchó.

—No te voy a soltar, explícame que hacés o te voy a matar, forra hija de-

—Te dijo que la sueltes.

Se tensó cuando sintió una presión en su nuca, y supo que era un arma de fuego.
Su navaja no podía competir contra eso.

—Ya la solté, mirá...— susurró, levantándose de la espalda de la mujer, que se levantó rápido antes de girarse.

_________ la miró y tragó grueso. Era linda, realmente linda. Tenía unos ojos marrones hermosos, labios leglados y una nariz perfilada, junto con un cabello azabache muy bello.
En otra ocasión, _______ no habría dudado ni un segundo en preguntarle si estaba interesada en ir a beber algo con ella.

—Levanta las manos.

Obedeció y entonces la mujer comenzó a tocar su cuerpo en búsqueda de algún arma.

—No tengo nada, mirá en mí bolsillo, ahí está mí navaja. Solo eso tengo.

La pelinegra levantó la mirada, conectando con el hombre que estaba a su espalda.

—Está limpia.— dijo simplemente, y antes de que la rubia pudiese reaccionar le dio un culatazo con su arma justo en la frente.

Abrió sus brazos y recibió el cuerpo inconciente de la chica.

—Mierda, Valeria, estuviste cerca.— dijo divertido él. —Se te lanzó como una ardilla.

—No se que le pasa, está loca.— murmuró, mirando a la muchacha encapuchada en sus brazos. —Pero aún así me sirve sacarle información.

—Parece ser extranjera.

—Así es. Puede que Carlos haya tenido deudas en Argentina también, quien sabe. El hijo de puta tenía un talento para deberle dinero a todo el mundo.— murmuró. —Abre la cajuela, Hugo.

El muchacho asintió y abrió el maletero del coche en el que habían llegado, viendo cómo su hermana mayor lanzaba el cuerpo de la mujer con fuerza.
En un rápido movimiento le quitó el pasamontañas, dibujando una pequeña sonrisa en su rostro al verla.

Rude | Valeria GarzaWhere stories live. Discover now