— Normalmente en todos los hospitales cuando estas con estos tipos de problemas como Nathaniel traen a un psicólogo para ayudarlo — me adelanto a explicar a Julen quien está llenando la hoja.

— Nathaniel es un buen muchacho, pero siente mucho miedo por todo lo que acaba de pasar — menciono y escucho que suspira el mayor de los Laburdi, me pongo en puntitas para darle un beso en la mejilla, pero me roba un beso en los labios.

— El va a superar esto, Julen. Solo denle paciencia y apoyo — declaro con un tono suave.

— Yo debí estar más tiempo con el — habla frustrado, acaricio la espalda de mi novio. El entrega la plantilla a la recepcionista.

Minutos más tarde...

— Tienen que estar tranquilo ¿Sí? Cuando entremos a la habitación. Será por mayor a menor, es para que Nathaniel no se ponga nervioso — explico y los hermanos asienten con la cabeza varias veces.

— primero Julen — digo y entramos con mi novio a la habitación, Nathaniel nos observa con nervios.

— Mira quien vino a visitarte — hablo con un tono suave, acaricio la mano de mi novio quien también está nervioso y se nota por su mirada.

— Hola — saluda Nathaniel a su hermano mayor con timidez.

— Hola — devuelve el saludo Julen con un tono suave quien comienza a acercarse poco a poco a su hermano menor quien se pone tenso.

— Descuida. No te hará daño — trato de alentar a Nathaniel quien asiente con la cabeza varias veces cierra sus ojos y siente el abrazo de su hermano mayor quien al instante comienza a llorar como un niño pequeño y en eso se suma el menor con él.

— Lo siento tanto. Prometí protegerte y fallé — habla Julen con un tono entrecortado, Nathaniel se queda asombrado por su reacción, me observa con atención, solo le regalo una sonrisa sincera.

— Julen, yo...— el mayor de los Laburdi niega con la cabeza varias veces.

— No digas ninguna palabra, no hace falta, Nathaniel. Lo importante es que estas bien — es lo único que dice antes de salir por la puerta de la habitación luego entra Sergey quien solo abraza a su hermano menor en silencio.

Horas más tarde...

Trasladamos a Nathaniel en un hospital mejor, los doctores están pendientes a él incluso trajeron a un psicólogo para que logre hablar con él.

— Deberías ir con Othniel a descansar en la casa. Nosotros nos quedaremos — dice Julen con preocupación, hago una mueca.

— ¿Estas seguro de que no me necesitarán? — cuestiono y se aproxima hasta mí, besa mi frente y me da una sonrisa.

— Estaremos bien — es lo único que dice y asiento con la cabeza, me levanto del sofá, me encamino hasta Othniel quien levanta su vista al verme.

— ¿Quieres ir a la casa a descansar un rato? Mañana tienes instituto — le recuerdo, hace una mueca y baja la cabeza.

— No quiero ir a casa — murmura con un tono bajo, me doy la vuelta y miro a mi novio quien encoge sus hombros.

Los Laburdi son una familia muy unida, no me sorprende que ninguno de ellos se quiera separar de su hermano enfermo.

Escuchamos que alguien viene hacia nuestra dirección y vemos que es el doctor que atiende a Nathaniel, nos mira a todos con seriedad.

— Nathaniel se podrá ir a su casa, le daré recomendaciones medicas para que puedan llevar a cabo — informa el doctor y asentimos con la cabeza varias veces.

— Gracias, doctor — agradezco, afirma con la cabeza y se retira.

Días más tarde...

Han pasado cinco días desde lo sucedido; Nathaniel está yendo al psicólogo, le ayudará a mejorar en todos los aspectos también podrá superar poco a poco el horrible pasado que marcó ese director.

Por otro lado, Los hermanos Laburdi regresaron todos en sus actividades diarias igual que yo debo admitir que hoy es uno de esos días complicados ya que hemos faltado muchos en el estudio. El ambiente en la oficina se siente tenso, debo admitir que no me gusta para nada esto, pero no puedo hacer nada ya que Julen también es mi jefe.

— Karen — me llama con un tono serio desde su oficina, me levanto de mi silla y entro a la oficina, me acerco hasta el escritorio.

— ¿Qué pasó, señor? — pregunto, el levanta sus cejas mientras me observa y

— ¿Señor? Sabes que no me gusta que me digas así. Somos novios, Karen — me reprocha, me acerco a él despacio y me siento en su regazo.

— ¿Qué desea, Señor Laburdi? — cuestiono está vez en forma sensual y escucho su saliva tragar.

— Cariño. N-necesito varios documentos que estoy buscando y no estoy encontrando — responde con dificultad al sentir mis besos en su cuello, me separo de él y me levanto.

— ¿Qué documentos estás buscando? — cuestiono con curiosidad empieza a decirme y anoto, salgo de la oficina con una sonrisa en el rostro.

Egoísta Pasión (#1 Príncipes Laburdi) || LUNESWhere stories live. Discover now