𝐀𝐥𝐥 𝐀𝐦𝐞𝐫𝐢𝐜𝐚𝐧 𝐁𝐢𝐭𝐜𝐡 - YellowJackets.

._02: 𝐂𝐥𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐭𝐢𝐪𝐮𝐞𝐭𝐚

-¿Al menos tu papá pidió tu opinión antes de inscribirte? - negué, y Nat me miró con incredulidad.

-Pero... yo quiero ir - dije asintiendo, y ella rodó los ojos.

Los recuerdos de la charla que mi padre me dio sobre dejar el equipo de fútbol para concentrarme en mi educación personal. Pero fue mi culpa, debí haberlo sabido. Papá nunca me había hablado tan dulcemente como esta mañana, cuando mientras desayunábamos, deslizó aquel folleto de esas clases hacia mí, para luego comenzar a hablar sobre lo bueno que sería para mí tomarlas.

Muerdo mi labio y pellizco mi brazo aún abrumada por esa charla, pero soy fácilmente sacada de mis pensamientos por Nat, quien chasquea los dedos frente a mí tratando de llamar mi atención.

-¿Escuchaste lo que dije? - negué, y la rubia bufó - Sabes que esas clases son una estafa, ¿verdad? - mi ceño se frunció.

-¿A qué te refieres? - le dije, mientras volvía a buscar las baterías de la cámara en mi bolso.

-¿Qué te enseñan en esos lugares? - la rubia se acercó jugando con unas llaves - ¿A ser una linda señorita como en los años 60? - yo la miré, sabiendo exactamente la charla que estaba por darme.

Quería mucho a Natalie, pero odiaba cuando me juzgaba por no ser tan liberal como ella; simplemente no podía hacer las cosas que ella esperaba que hiciera.

-Me enseñan más que eso, Nat, como ser respetuosa, asertiva y amable - Natalie solo me miró con incredulidad, guardando sus llaves en el bolsillo de la chaqueta.

-Amable... ¿respetuosa? ¿De verdad crees que vas a aprender esas cosas en esos cursos? -incliné la cabeza y rodé los ojos.

-Papá dice que sí, y yo confío en él -finalmente encontré la batería de respaldo entre mis libretas y la coloqué en la cámara.

-No te creas esas cosas, Eri. Lo único que vas a aprender es a ser una sumisa de tu marido y a quedarte callada cuando él lo desee -la rubia tomó mi brazo, y seguimos caminando- Es un chiste que tu papá te haga creer que vas a aprender a ser respetuosa solo con un par de cursos. Te apuesto lo que sea a que en la clase de mañana te dirán que debes quedarte callada cuando los hombres hablan -suspiré- No luchamos por nuestros derechos para que aún haya idiotas que nos digan lo que creen que deberíamos hacer.

-No es como si tuviera otra opción, Natalie. Mi papá espera que haga esto - cierro la cámara y miro a Nat.

-Él no debería obligarte a hacer cosas que no quieres - me dice, agarrándome por los hombros.

-Mi papá ya pagó las clases - ella bufó y me soltó siguiendo su camino. Yo suspiro y voy tras ella, aún con la cámara entre mis manos.

-Hay tantas cosas que podrías estar haciendo, pero en vez de eso, estás desperdiciando tu tiempo yendo a una clase de mierda - la rubia rueda los ojos - Tu lugar es estar en la cancha, jugando, ganando partidos y levantando trofeos. ¿Eso no te importa? - suspiro y miro al suelo tratando de callar mi boca.

Porque tampoco me gustaba el fútbol. Decidí comenzar a jugarlo porque mamá me dijo que sería bueno para mantener mi cuerpo. Hice de todo para no entrar, incluso jugué mal, pero ¿quién le diría que no a la hija del alcalde?

-Obviamente, voy a seguir yendo a los entrenamientos de las Yellowjackets. Es solo otra clase más a la que me obligan a ir, como en su momento fueron las clases de tejido - la miro y entrelazo nuestras manos para seguir caminando.

-Aún así, es una pérdida de tiempo. No te sirve para nada. La clase de tejido tiene más propósito; por lo menos, podrías ser buena con las agujas. ¿Pero de qué te va a servir esa clase de etiqueta? - me dice obvia, abre la puerta hacia las canchas, y yo salgo.