O8. la cita del año

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―Eres un idiota ―le dijo con repulsión, girando el volante de su auto

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―Eres un idiota ―le dijo con repulsión, girando el volante de su auto.

―Lo siento. Cuando le propuse pasar un día juntos para saber cómo es el día del otro no creí que su día iniciaría tan temprano por la mañana.

Como su chófer personal, Jeno estaba sufriendo las consecuencias de que Haechan estuviera enamorado. Lo despertó a las 5:40 am para que lo llevara a casa de Rael, donde ella lo esperaría lista para ir a su primera clase en la universidad. De acuerdo con Rael, su rutina iniciaba a las 6:00 am cuando salía de su apartamento directo a su primera clase del día. Haechan hizo el grandísimo esfuerzo de levantarse a las 5:00 am para escoger su mejor ropa e intentar combinar con Rael, comenzaba a comprender mejor su estilo e incluso descubrió (gracias a Pinterest) que se llamaba acubi. Haechan quería estar en sintonía con ella.

Ni bien Haechan puso un pie en la acera, Jeno arrancó el auto, saliendo de ahí para regresar a su departamento a hacer lo que un ser humano en sus cabales hace a esa hora por la mañana: dormir. El moreno, por su parte, miró de arriba abajo el edificio que correspondía a la dirección que Rael le había mandado. Tomó el elevador para llegar rápido y en el reflejo de las puertas se aseguró, por décima vez desde que se vistió, que su aspecto luciera impecable. Llegó al sexto piso y cuando estuvo a punto de tocar el apartamento 127, la puerta se abrió sola mostrando a Rael fresca como una lechuga, en un outfit de suéter gris en un tonalidad más clara que la falda gris con olanes que traía, un camisa blanca de mangas largas y unas botas negras de tacón bastante alto que igualaban su altura a la de Haechan. Siempre usaba botas negras que complementaban muy bien sus bonitas piernas o zapatos con plataforma. Esa mezcla de fresas y leche que desprendía su cuerpo como el olor más rico que Haechan haya percibido casi lo distrajo de un detalle: usaba un beanie negro sobre su cabellera, su larga y… y… y…

―¡Eres rubia!

Rael gesticuló con las manos que bajara la voz, cerrando la puerta de su apartamento con llave y mirando a lo largo del pasillo para asegurarse de que el grito de Haechan no había despertado a sus vecinos.

―Baja la voz, los vecinos se molestarán ―dijo, susurrándole.

El chico asintió como idiota pero él simplemente no podía dejar de admirar el color. Rael lo tomó de la mano para guiarlo de regreso al elevador.

―Es solo que ―su mirada se perdió de nuevo en el look renovado de la mujer de su vida―, no puedo creerlo, me tomó completamente por sorpresa. Tus ojos se ven más grandes, parecen dos pedazos de boba y… y… tus labios resaltan más. Te ves hermosa. Inrespirable.

Luego de presionar el botón para ir a la recepción, Rael lo miró extrañada, negando con la cabeza.

―¿Inrespirable? Esa palabra no existe, en todo caso, sería irrespirable ―Haechan asintió lentamente mostrando que entendía.

―¿Sabes esa palabra en inglés? ¿Breathtaking? ―preguntó con la mejor pronunciación que sus habilidades le permitían y Rael asintió― A eso me refería pero creo que no hay una traducción equivalente que exprese exactamente esa palabra. Impresionante, impactante, espectacular, increíble ―recapituló e hizo una mueca de disgusto―. No lo sé, no tienen el mismo impacto que breathtaking, es decir, no te confundas, eres todo eso y más pero no se igualan a eso.

BUTTERFLIES ━━━ HAECHANWhere stories live. Discover now