—¿Cómo te sientes? —preguntó curiosamente.

Aquella pregunta me sorprendió, algo que no me había preguntado desde hace mucho tiempo. Normalmente, siempre estaba viva y eso para mí era un logro, me metía en muchos problemas y consumía demasiadas cosas para intentar quitarme la vida. 

De hecho, las últimas semanas se habían basado y tenía como objetivo hacerlo.

—¿Cómo me siento yo? —repetí sin saber continuar. ¿Sabía cómo me sentía?

Las pocas personas en mi entorno también tenían ese mismo objetivo, así que preguntar como estábamos no era algo que tuviera mucha relevancia.

—Supongo que estoy bien, y creo que mi vida es muchísimo mejor que antes. 

—¿Desde cuándo no te lo preguntabas? 

—Desde que perdí a mis padres. —Se sintió bien soltarlo. Un peso en mi interior se comenzó a liberar, podía sentirlo. 

—¿Y cuándo perdiste a tus papás? 

—Hace diez años. 

—Bueno, Sara. tú y yo tenemos mucho por hablar, pero tú tienes demasiadas cosas por sanar... ¿Qué tal si antes de comenzar con la terapia hacemos una oración? 

Sonreí abiertamente. 

—Me parece, bien. 

★★★

*Semanas de terapias*

—¿Hay algo que te llame la atención en tu forma habitual de vivir?

En una y mil vidas más escogería a Jesús, él sanó lo que no rompió. Y restauró lo que no había desordenado.

—Me gusta tocar el piano —respondí orgullosamente.

—¿Es el medio por el cual te desahogas? —preguntó, curiosamente.

Asentí un poco menos incómoda de lo que normalmente me sentía en otros lugares a los cuales asistía.

—Las canciones, melodías e instrumentales Cristianas son un universo y resulta ser que, en ese universo, puedo conectar con Jesús. 

Asintió varias veces con la cabeza y tras esa pregunta, formó otra.

—¿Y cuándo tocas a Jesús como te sientes? 

Me encogí de hombros. Tocando mi barbilla. Tenía la respuesta incluso sin pensar nada más. 

—Tocar en el piano es mi forma de gritarle al mundo que no estoy sola, que Jesús siempre me acompaña.

Un mes después★

—Cuando me cruzo con personas que anteriormente me lastimaron, siento mucho rencor y dolor en el alma. Se revuelve mi estómago y quisiera decirles lo que siento. 

—Quisiera hacerlos sufrir igual, y mucho peor —Sacudí la cabeza—.Pero no puedo porque en mi interior no puedo responder igual ante su forma de intentar humillar a mi verdadero yo. Me envían mensajes y tras eso fotos... Cuando tengo esos sentimientos. 

UN LLAMADO PARA VOLVER A CREER [✓]Where stories live. Discover now