6 ఌ

170 17 21
                                    

Artemisa

Hoy era el primer día de trabajo, miento si digo que no estoy nerviosa, el local es súper bonito, flores por todas partes y todas están bien cuidadas, tenemos vista a la playa desde el local y le llega el sol bonito por las tardes lo cual me hace el doble de feliz.

—Y así tienes que ponerle a agüita.—me indicó la señora margarita.—Así duran muchísimo más y se ven bien bonitas.

Le sonreí y asentí con mi cabeza.—Entendi todo, todito.

—Aparte se nota que las flores te gustan, desde que entraste vi ese brillo en tus ojos.—una sonrisa amable se formo en sus labios.

—Las adoro, siento que cada una por mas que sean el mismo tipo o mismo color siempre algo tendrán diferentes al resto, cada una es única a su manera, todos deberían saber apreciar eso.—levante mis hombros y mire a mi alrededor con una sonrisa.

—Tienes un corazón bonito entonces Artemisa.—me sonrió y entro a la parte trasera sin decir mas.

Mi parte favorita era  la ilusión de las minas cuando venían con sus pololos , la ilusión de los señores mayores al llevarle flores a sus esposas y las niñas que vienen a comprárselas para ellas solitas y son felices con eso, definitivamente es un trabajo bonito.

𖠇𖠇𖠇

Estaba ordenando atrás las flores, con cuidado cambiándoles el agüita y cortándole los tallos

—Abuela! Llegaron los tulipanes!—hablo una voz masculina tocando la puerta de donde estaba.

Me paré con cuidado y abrí.

—Tu no eri mi abuela. —se rio un mino enfrente mío.

—Parece que no po'—me reí igual. —Yo a ti te conozco?

—Sipo de año nuevo osea.. ayer andaba con el Angelo—dejó los tulipanes a un lado.

—Con razón, tu te llamai tomi o no?—pregunte.

—El mismo, la vecina que casi mata el angelo o no?—me sonrió.

—Según yo me llamo Artemisa pero buenooo.—sentí mis mejillas ponerse rojas.

—Oye y no hay visto a mi abuelita? —me pregunto.

—No salió hace un rato pero si queri déjalos aca y yo los ordeno.—levante los hombros.

—Pero si son como 100, te vai a demorar caleta, te ayudo si queri.

—Aa yapo así terminamos antes.—acomode la caja y cerré la puerta.

Con el tomas nos quedamos ordenando los tulipanes cómo 15 minutos, entre los dos fue muchísimo más facil que si lo hubiera hecho yo sola, igual era chistoso y tenía buenos temas pa conversar.

—Y puta asi fue cómo con el Angelo nos caímos de las dunas cuando chico, nos sacamos la chucha si.—me reí mientras el me contaba la historia.

—Veo que ya se conocieron.—habló la señora margarita levantándole las cejas al tomi coqueta.

—Ay no abuela, ella es pal cabezon no pa mi.—levantó las manos en señal de inocencia.

El mino de al lao' Kde žijí příběhy. Začni objevovat