Lena supo que ellos estaban igual que ella.

Lo primero que sintió fue confusión, y luego pánico. Ambas sensaciones mezclándose y haciéndola soltar la cuchara sobre su plato de cereales, con un leve estruendo que no pudo oír.

Sus ojos cayeron en su mejor amigo, quien veía sus propias manos temblorosas con gesto confuso y sorprendido. Lena lo vio tragar saliva y se percató del casi imperceptible humo azul que desprendían las puntas de sus dedos.

Entonces lo supo.

Baru Holtman y Peggy Bazzart —los padres de Wade— eran dos hobbard del tipo asaltador que Lena había admirado su vida entera. No los veía demasiado; incluso si procuraban pasar todo el tiempo posible con su hijo, lo cierto era que no estaban en casa con demasiada frecuencia, por lo que Lena, los había visto usar sus poderes muy pocas veces. Pero eso nunca evitó que su raza y tipo le parecieran absolutamente fascinantes.

Los hobbard devagume del tipo asaltador eran increíblemente sagaces, tenían dones que les permitían abordar a las personas con maestría. Eran capaces de teletransportarse y de estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero lo que a Lena más le impresionaba de su raza, era el poder de distorsionar los sentidos de las demás personas.

No iba a mentir, ser así de invasivo era algo a lo que tenerle mucho respeto y hasta temor, y vaya que ella lo tenía. Había oído a Wade quejarse durante años sobre los extraños castigos de su madre; lo dejaba sin poder olfatear durante horas o sin poder saborear chucherías durante días. Una vez incluso, le quitó el sentido del tacto durante un rato para que no pudiera sentir los mandos de su consola porque no había hecho la tarea.

Aris siempre se descojonaba de la risa y Lena tenía que admitir que le resultaba algo cruel pero chistoso, incluso si su amigo lo contaba con bastante indignación. Pero en ese momento que acababa de ser privada de su sentido del oído, y mientras sentía unas ligeras náuseas, supo que aquello no era nada cómodo, ni mucho menos divertido.

Empezaba a notar una agonía en el pecho debido a la desesperación de querer oír algo, pero esta fue mermando al mismo tiempo en que Lena sentía una aguda punzada en el interior de los oídos y luego, como los sonidos regresaban de manera distorsionada y paulatina.

Wade miraba la sombra de su magia enroscársele en los dígitos y miró a su mejor amiga con una mirada asustada y de entendimiento. Él también acababa de comprenderlo.

Wade Holtman era un hobbard asaltador.

La noticia del brote de los poderes de Wade se esparció bastante rápido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noticia del brote de los poderes de Wade se esparció bastante rápido. A la hora del almuerzo, ya todo el mundo hablaba de eso.

Lena no entendía por qué aquello creaba tantísimo revuelo. Es decir, en el mes que había pasado en Thurstine, aquello le había sucedido a algunos novicios; cada vez que un novato se presentaba —así le llamaban al descubrimiento de la raza y el afloro de los poderes—, por lo general la gente lo comentaba, pero nunca había sucedido de manera tan masiva. Asumía que porque anteriormente no se había tratado de un chico tan alto perfil, como Wade Holtman Bazzart.

La Niña de las Pesadillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora