Capitulo 18

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Ares

En mi cabeza sigue dando vueltas la conversación que tuve con Perséfone, la conversación fue fluida, incómoda en un comienzo pero luego eso se disipó y dió paso a diálogos medianamente normales.

No puedo decir lo mismo del final de esta, me dejó con un vacío terrible y una duda que trataba de evitar.

¿Me gusta Afrodita? O ¿Solo me atrae físicamente?

La segunda es la que tiene una respuesta viable y lógica, Ferrin es exquisita a la vista de cualquier hombre, es y sería por siempre la musa de la inspiración de cualquier artista. Por lo menos desde mi punto de vista es así.

Empero la primera también tiene un poco de sentido, loco desde el punto de vista de cualquiera e ilógico porque no tiene ni pies ni cabeza, porque aunque Afrodita es una orgullosa, narcisista, engreída... también es humilde (dentro de los límites cabe destacar), tiene corazón y quiere aparentar que no, lo sé, porque nadie se a preocupado por mí en el día que catalogué como el peor de todos, pero ella sin saber el porqué simplemente me animó ese día  (obviado la parte del sexo), no fue la misma pedante de siempre, haya sido intencional o no.

Voy de camino a mi departamento, la luna está en lo alto y aún así, las calles tienen esa lúgubre sombra la cual solo cumple una función: esconder a los monstruos y crear un hogar para las personas como yo...

Mi teléfono vibra en mi bolsillo, así que lo busco y enciendo la pantalla, el brillo me ciega por unos segundos mientras me adapto a este; cuando por fin puedo ver bien la pantalla frunzo en ceño.

Emisor desconocido

—Mañana 7:40 PM en la arena.
Donde siempre, no faltes black wolf

Sé quién es, y sé muy bien a lo que se refiere el mensaje por lo que respondo un simple:

Allí estaré.

Cruzo de acera al llegar a la cuadra en la que me hospedo, no es un edificio lujoso, pero no necesito lujo alguno. Con lo que hago es más que suficiente para mantenerme, pagar la mensualidad del instituto y pagar la mensualidad del apartamento. Sí, no soy un niño de mami y papi, soy un pobre el cual no aspira a grandes sueños, lujos inalcanzables o cualquier idiotez.

Para nadie es un secreto de lo que soy y de dónde vengo, en el instituto saben que no soy como ellos, soy del pequeño grupo que ha logrado entrar a esa mugre de institución, dónde hay puros estirados, niños de mami y papi los cuales tienen mierda por cerebro, los cuales se creen dueños del mundo solo por tener dinero y a los cuales a algunos les he hecho una reconstrucción facial gratuita.

Ares o black wolf, los dos son sinónimos de problemas.

Abro la puerta de mi apartamento y me recibe la oscuridad y la soledad, no hay alma que alegre este espacio, o que me reciba feliz al llegar por fin a casa.

Enciendo la luz y allí está, las paredes blancas inmaculadas, los muebles que de seguro tienen polvo de semanas, tengo un solo cuadro en la sala y un insípido captus en el centro de la mesa de cristal que se encuentra en el centro de donde están los muebles, arrastro mis pies hasta la habitación en la que duermo, hay dos más que normalmente son de invitados, pero no tienen esa función para mí, yo no traigo a nadie a este lugar. Paseo mi vista por toda la habitación y me percato que una vez más he dejado la estúpida guitarra en la cama, se me ha olvidado guardarla.

La hago a un lado, repentinamente me he puesto de mal humor, pasé de la nostalgia y el anhelo al mal humor. Debo ser bipolar.

Cuando todo mi cuerpo siente la suave tela de las sábanas entra en estado de relajación, y sin miedo a pescar un resfriado quedo con el torso desnudo, boca abajo y profundamente dormido en la cama.

Tiembla el Olimpo Where stories live. Discover now