Según el razonamiento de Louis, los fracasos amorosos podían deberse a la regla absurda que supuestamente une a un alfa y a un omega por algo llamado "destino" Pero, ¿qué ocurría con las parejas de betas y omegas, alfas y alfas, y demás? La respuesta era la excepción, todos ellos simplemente se enamoraban y podían vivir felices el resto de sus vidas. Entonces llegó a la conclusión de que él no debía presionarse con esa absurda norma de los destinados. Si encontraba el amor en su propia casta... «¡que así sea!» se dijo a sí mismo con determinación.

Sin embargo, Louis estaba cometiendo un par de errores, el más continuo: idealizar demasiadas cosas sobre Charlie. Se estaba dejando llevar por la primera buena impresión y la amabilidad del mesero, cuando ni siquiera podían considerarse amigos. Y el segundo error fue negarse a escuchar a su omega, cuando este le dijo que su alfa se encontraba cerca. Decidió ignorarlo al igual que todo lo que consideraba, terminaría mal en algún punto.

—Debes pagar la cuenta si quieres que suelte algo más —Negoció Louis, esperando una negativa, pero se equivocó.


—Te escucho. —Harry subió ambos brazos sobre la mesa, en ellos apoyó el mentón.

Le sonrió de tal manera que Louis comenzó a sentirse avergonzado. Al parecer los límites del alfa no contemplan negarse a pagar una cuenta que no le correspondía.

Ingenuo... eso no es nada.

—Pero no omitas los detalles, por favor —agregó con perspicacia antes de que el omega abriera la boca.

Solo por unos segundos, los suficientes para voltear en busca de Charlie y percatarse que aún no había regresado a su puesto en la barra, hizo que Louis soltara "su verdad" a toda prisa.

—He tenido malas experiencias... —empezó


—¿A qué te refieres con...? —lo interrumpió, pero al instante fue callado por un siseo.

—Shhh, solo escucha —Louis lo regañó con la mirada, después retomó la charla—: Como he dicho, y cabe aclarar que, no necesitas los detalles, a menos que yo piense en una recompensa a cambio, ¿está bien?

Harry aceptó con un asentimiento de cabeza.

—Todos los alfas con los que he salido no han sido más que decepciones. Sin mencionar al que me dejó plantado y mandó a un estúpido en su lugar —murmuró lo suficientemente audible para el otro. Carraspeó—. Algunas peores que otras debo señalar, pero todas igual de desastrosas. Entonces decidí darme la libertad de no buscar a mi otra mitad en un alfa, porque lo más razonable es que yo no cumpla con la regla del destino que habla de un alfa y un omega como uno solo. Y pienso que hago lo correcto al no forzar las cosas, porque solo quiero a alguien que pueda ofrecerme el cincuenta por ciento de lo que ofrezco. Por eso me gusta Charlie, y no me interesa su género. Solo me gusta por la increíble persona que es.

Harry no sabía qué decir exactamente, pues estaba consciente de que Louis era un terreno inexplorado y él podía ser torpe con bastante facilidad. Debía pensar muy bien en sus palabras, pero lo cierto era que no dejaba de darle vueltas a dos palabras: elección y forzar. Louis había decidido enamorarse de alguien sin importar su casta, pero admitía que prefería a un alfa, entonces... ¿no estaba forzando él a cambiar algo que tiene bastante claro?


—Si te digo que estoy muy seguro de que no hablaste con Charlie, estaría en lo cierto, ¿no es así? —dijo Harry después de desechar la observación que quería hacerle.

—Claro que hablé con él —exclamó Louis.

—Fuera del horario laboral quiero decir —explicó Harry. Casi en automático la expresión de su vecino le dio la respuesta que ya suponía—. Entonces no lo conoces —concluyó y agregó—: ¿Al menos sabe tu nombre?

El día opuesto L.S. (Omegaverse)Where stories live. Discover now