Segunda parte.

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Los Ángeles, California

La noche ya había caído, Taehyung se encontraba recostado en el césped frente a la lápida que marcaba un antes y un después en su memoria. ¿Cómo había llegado hasta este punto? A veces deseaba no haber sido rescatado por Jungkook, de no hacerlo, ahora no estaría sintiéndose tan culpable por no ser capaz de reconocerlo, de recordarlo.

Deseaba hacerlo.

Escuchó a lo lejos el característico rugido del auto de Jungkook, rió para sus adentros, con sorna. Era cuestión de tiempo para que lo encontrara.

—La primera vez que vi esto, me pareció divertido. —comenzó, tomando por sorpresa al azabache—. Aunque ahora ya no lo pienso.

No se había percatado que Jungkook traía consigo un martillo, iba camino a destruir la lápida. Taehyung intentó detenerlo rápidamente.

—¿Qué haces? —llevó su diestra hasta el hombro contrario, cortando su paso.

—Lo que debí haber hecho hace mucho tiempo. —respondió con un tono que percibió distante.

Lo siguiente que ocurrió fue Jungkook alzando el martillo para destrozar el mármol, el azabache no esperó que Taehyung se interpuziera y lo tomara por el brazo.

—¡Espera! —gritó—. Lo que dice ahí, amado hijo, hermano y amigo, es verdad... Ese día, le dije adiós a mi memoria. Ese día, este Taehyung nació. Y él murió.

—No. Tú no moriste. —su pecho dolía, mas la firmeza en su voz lo camuflaba.

—¿Sabes lo difícil que es para mí cuando tú me miras y me ves con 15 años de recuerdos vivos? —realizó una pausa para tomar aire, el castaño no deseaba llorar—. Todos esos momentos hermosos juntos... Los veo en tus ojos. Yo no te ofrezco nada eso, no tengo nada.

—Me tienes a mí. —respondió inmediatamente.

Los ojos de Taehyung comenzaron a cristalizarse, tomó un paso al frente para unir ambas anatomías lo más cercano posible.

—Pero tú solo tienes un fragmento de mí...

Aquello salió en apenas un susurro audible.

—Tengo que reencontrarme, Jungkook. Por mí. —llevó la zurda hasta el mandibular ajeno, desprendiendo una suave caricia antes de tomar sus belfos con tristeza.

Iba a dejarlo. Jungkook lo sabía. Iba a dejarlo otra vez.

El azabache correspondió con la misma intensidad que se le era otorgada, sus brazos tomaron la cintura con el deseo de que el momento no llegara a su fin. Pero en el fondo, sabía que dejar ir a Taehyung era mejor. Lo amaba, así que debía soltarlo.

Estaba jodido.

—Adiós, Jungkook. —pronunció aguantando las lágrimas que amenazaban con salir.

Jeon solo se quedó ahí, parado a los pies de la lápida mientras observaba a Taehyung irse. No sabía si esta vez lo había perdido de verdad, simplemente deseaba que no fuera la última vez.




DSS - División de Los Ángeles (Servicio de Seguridad Diplomática)

—Estás decepcionado, ¿verdad? —Jeon Somi se recargó contra la puerta de la oficina mientras su esposo, Kim Namjoon, terminaba de sellar el último expediente del reo que habían intervenido.

—¿De qué estás hablando? —respondió limpiando sus manos para quitar la tinta.

Aún no se acostumbraba a tener a Somi recorriendo los pasillos junto a él, Jungkook le había mencionado que lo mejor era intentar distraerla para que no aplicase a su unidad, algo que había resultado en vano puesto que la rubia había conseguido sus propios contactos para ingresar.

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⏰ Last updated: Jan 04 ⏰

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MOTOR PSICO - KOOKTAE.Where stories live. Discover now