🌻GIRASOL🌻

Capítulo Unico

Atsushi estaba saliendo con Akutagawa, no era sorpresa para nadie que el albino estuviera perdidamente enamorado pero... Era recíproco?

Pues si, el chico de pelo negro, aunque no lo demostrara, también amaba a su novio, pero desgraciadamente su forma de amar no era la correcta.

-Eres un inútil, no se ni por qué estoy contigo.

Esas palabras eran mentira, Ryunosuke lo sabía. Y aún sabiendo eso y que al albino le haría daño el se las dijo.

Los ojos heterocromaticos de Atsushi lo miraban algo sorprendido y triste, pero no dijo ni una palabra.

-Por que me miras así? Sabes que tengo razón.

Si Akutagawa hubiera sabido que se arrepenteria de esas palabras en un futuro...

Mi girasol no para de llorar

Pues sabe que se está muriendo

Lento, muy lento

Pero sus pétalos se van cayendo

Todos en la agencia se habían dado que el chico tigre estaba raro, como si poco a poco el brillo que tanto le caracteriza se estara apagando. Trataron de hablar con él pero siempre respondía lo mismo.

-"Estoy muy bien, no se preocupen."

Nadie le creía, pero decidieron callar, si el albino estaba en verdad mal el mismo se los diría.... Cierto?

Ranpo era el único que sabía la verdad, pero el chico hizo lo posible para que no dijera nada. Gasto su salario y ahorros en dulces para callar al de boina, este los recibió algo dudoso.

-Si esto pasa a mayores, romperé el trato.

-Tranquilo Ranpo, no pasará nada, el va a cambiar.

El albino sonrió, aunque sus ojitos rojos de haber llorado tanto no demostraban felicidad.

Si Ranpo hubiera sabido que se arrepenteria de haberse callado....

Y yo no puedo evitar sentirme culpable

De esta muerte anunciada

Tan cruel y despiadada

Que acongoja a mí flor

De esta muerte anunciada

Tan cruel y despiadada

Que acongoja a mí flor

Atsushi estaba devuelta en el baño, llorando como se le había echo costumbre mientras el azabache estaba en el cuarto de al lado, escuchando todo.

Habían tenido una conversación que llevo a una discusión y termino con el albino llorando y Akutagawa sin disculparse, pero sintiéndose culpable.

Esto ya se estaba volviendo rutina.

El chico fue a la agencia con los ojos llorosos y el primero en notarlo fue sorprendentemente el castaño.