— Mi padre estudió ingeniería mecánica y trabaja en una empresa de investigación y desarrollo de aeronaves. Por eso viaja tanto y bueno Sergio trabaja en un banco, es economista —sonreí —. ¿Vamos a mí habitación? —le propuse, él asintió con la cabeza.

Marc no comentó nada al respecto y lo agradecí. Salimos de la cocina y me quedé parada en medio del salón al ver la tele encendida. Sergio estaba viendo un programa del corazón, afiancé la vista y caminé hacia el televisor cerciorándome de las imágenes que estaba viendo. Mi padre me miró y asintió, como si me hubiera leído perfectamente la mente y supiera perfectamente lo que se me estaba pasando por la cabeza. No podía ser, era verdad, aunque bueno, una verdad a medias.

— Son los padres de Carmen —me comentó —. Los han detenido, ¿sabías algo?

— No —negué, mentí evidentemente no iba a destapar una más de las mentiras que Carmen me contó. Nunca entendí porque la hacía, no sé si para darle más dramatismo a su vida, para llamar la atención o simplemente porque le salía solo. Hasta llegué a pensar que ella misma se creía sus propias mentiras —, ¿están en Colombia? —pregunté frunciendo el ceño.

— Eso parece. Aunque es raro —señaló al televisor y me miró fijamente —. ¿Ves a ese hombre de ahí? —asentí.

— ¿Quién es? —fruncí el ceño porque estaba convencida de que no lo había visto en mi vida aunque me sonaba muchísimo su cara.

— Efrén Rocamora —abrí los ojos mientras negaba con la cabeza —. Hace un mes y medio que su familia y él han vuelto a España. ¿No te parece raro?

— Teniendo en cuenta que justo cuando vuelven, detienen a los padres de Carmen. Raro sí que me parece, pero si no han tenido pruebas para incriminarlo, ¿por qué estás tan seguro de que están metido en el mismo mundo? —Sergio conocía demasiado bien a la familia Rocamora Sevillano. Durante muchos años oí hablar de ellos, sobre todo cuando era pequeña. Recuerdo jugar con un par de chicas algunos años mayores que yo, aunque con el paso del tiempo olvidé sus nombres y digamos que Sergio no hizo nada para recordármelo.

— Por qué trabajé para ellos —comentó, abrí los ojos sorprendida. No me lo esperaba y aunque me moría por echarme en la cama con Marc, quise que me lo contara todo acerca de su vinculación con una de la familias más peligrosas de España —. Esta noche te lo cuento todo, me tengo que ir a trabajar. Vendrá Sol con Axel e Isadora —apagó la tele y caminó hacia mí, me dio un beso en la frente y tras despedirse de Marc, caminó hacia la puerta.

— Me he perdido —dijo él, le resté importancia y le indiqué que fuéramos hacia mi habitación.

Nos quitamos la ropa y nos metimos en la cama. Bajé la persiana y me acurruqué en el pecho de Marc. Mientras él me acariciaba el pelo, yo no podía dejar de pensar en aquellas dos niñas que jugaron conmigo cuando era pequeña. Eran gemelas, pelirrojas y entre ellas eran muy distintas, no tenían nada que ver la una con la otra. Agarré mi móvil y me mordí el labio intentando encontrar una estrategia para poder encontrarlas. Me metí en Instagram y busqué a Carmen, sus padres por suerte tenían Instagram así que tiré por ahí. No me costó encontrar lo que buscaba porque enseguida encontré el Instagram del tal Efrén —que por suerte era público— y bingo, la última publicación una foto con sus hijos. Noel, el mayor, que por unos cuantos años largos fue mi crush y por lo visto se había casado y había tenido dos hijos. No podía decir que seguía igual porque la realidad era bien distinta, había cambiado tanto que de primeras no lo habría reconocido. Y allí estaban ellas, las gemelas que me acompañaron durante mi infancia y que a veces, pensaba mucho en que sería de sus vidas.

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUWhere stories live. Discover now