Capítulo 4

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Me senté en el banco, una vez ya vestido y saqué el móvil

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Me senté en el banco, una vez ya vestido y saqué el móvil. Fermín todavía seguía en la ducha y Héctor estaba terminando de vestirse. Por primera vez fui el primero en acabar. Apoyé la espalda en la pared y me metí en Tiktok para matar el tiempo. Negué con la cabeza de forma irónica al ver como el primer vídeo que me salió en "para ti" era de Carmen y en él salía junto a Laetitia. Cantaban ambas, a capela, se reían y disfrutaban, pero no se me pasó por alto lo bien que cantaba la mejor amiga de mi novia. Cantaban una canción de los Gemeliers, según me explicó Carmen ambas eran muy fans de ellos cuando eran pequeñas.

Llévate mis noches sin dormir
Tu ausencia y esta soledad
Llévate de paso también mis falsas esperanzas
No lo olvides, llévate el rencor
No dejes ni un momento más
Borra de tus labios mis besos
Ya te dejo en libertad

— Bro, ¿vamos? —Héctor me sacó del trance, me puse a ver el perfil de Tiktok de Laetitia, subía vlogs de su día a día aunque no tenía muchos seguidores, algún que otro vídeo sí que se le hizo viral, pero nada fuera de los normal.

— Eh sí —sonreí.

Cogí la mochila y caminé detrás de mis compañeros, guardé el móvil en el bolsillo trasero de los pantalones y me quedé pensativo mientras caminaba mirando al suelo. Laetitia fue a ver el partido, cumplió y aunque me costó encontrarla en la grada, cuando la vi no pude evitar sonreír. Fue sola, a ella parecía darle igual compartir aquel rato en soledad y me llamó la atención lo distinta que era a Carmen. Mi novia siempre iba acompañada, pocas veces la vi hacer algún plan sola. Cuando Laetitia me vio me saludó tímidamente con la mano, no sabría explicar exactamente lo que sentí en ese momento, pero algo en mí quiso cambiar el rumbo de mi vida y empezar a tomar decisiones. Aunque sabía que lo más probable es que nunca se pudiera dar lo que deseaba porque ellas eran amigas y siempre llevaron muy arraigado el "el novio/ex de una amiga es intocable". Aunque eso con Laeti se rompió, se rompió porque desde el primer segundo ambos empezamos a sentir el uno por el otro con la única diferencia de que yo sí me lo admití a mí mismo, sin embargo ella no y ahí comenzó todo.

— Mira quién te espera —al levantar la mirada del suelo me encontré con un Fermín demasiado alegre, su mirada me lo dijo todo, esa picardía que se vio reflejada solo pudo significar una cosa.

Laetitia.

Me giré, por inercia hacia la derecha, no sabía exactamente donde se encontraba ella. La vi de pie, mirando al suelo, con las manos dentro de los bolsillos de la bomber que vestía aquel día, se había recogido el pelo en un moño bajo mal hecho y se mordía el labio inferior con impaciencia.

— Estará esperando a sus padres —supuse, de lo contrario ella no estaría allí.

— Eso no es lo que a ti te gustaría —comentó Héctor.

— Da igual lo que yo quiera, además dejad de rayarme la cabeza que tengo novia —no me enfadé, pero sí que me molestaba que mis amigos alimentaran el deseo que yo tenía porque hacían que me sintiera más culpable todavía.

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUWhere stories live. Discover now