La tercera noche sin ti. (En proceso)

Capítulo 2.

-Muy buenas tardes jóvenes- El maestro Pone me sacó de mi trance e inmediatamente desvié la mirada- Espero hayan disfrutado de sus vacaciones y estén listos para su último año. Hablando de eso, tenemos una noticia muy inusual.

''Tienen un compañero nuevo, pasa chico, adelante- El mencionado pasó con suma seguridad hasta llegar al lado del profesor- Presentate chico, comparte a la clase de dónde vienes.

-Me llamo Bástian, mh, tengo diecisiete años al igual que todos y vengo de el estado vecino- Su voz era grave pero sin llegar a ser tosca, fornido pero no lleno de bolas de músculo, alto pero no lo suficiente como Iván- Es un placer estar acá.

-Perfecto Bástian, toma asiento, ¡mira!, detrás de René hay uno- Levanté la mirada instintivamente y al cruzar con la de él sonreí de nuevo.

Caminó sin demorarse y dejó caer su mochila al lado del mesabanco, el maestro inició con su presentación habitual, poniendo reglas y explicando brevemente los temas a tratar, pero hubo uno en especial que me hizo dar vueltas en mi interior.

-Como proyecto final, se que no tiene que ver con la estadística, pero si con que seré su tutor este semestre, harán un viaje- Todo el salón se sumió en alaridos de felicidad y emoción, incluso comencé a golpear el brazo de Angie para que supiera que sería fabuloso- El lugar aún está por decidirse, pero hey, no todo será diversión, les asignaré un pequeño equipo de tres personas en el cual tendrán que documentar todo su viaje.

Una vez más, el aula entera protestó, pero ahora por lo abrumante que sonaba tener tarea en vacaciones. Me giré hacia atrás para hablarle al chico nuevo, quizá se sentiría solo al escuchar todo esto y no conocer a nadie.

-¡Hola!, ¿Bástian, cierto?- El asintió- ¡Un gusto!, Soy René, es emocionante tener un viaje como proyecto, ¿no crees?

-Eh hecho cosas mejores- Dijo con indiferencia, me sentí extraña, así que sonreí y no le tomé importancia

-¡Wow!, imagino que una ciudad grande es mejor que esta, quizá puedas contarnos esas cosas en el almuerzo- Él no dejaba de mirarme a los ojos- Puedo presentarte a mis amigos.

-Claro, será un placer- Su comentario sonó sin entusiasmo, más bien, parecía por compromiso, pero lo ignoré.

Las clases pasaron hasta llegar a la hora del receso; Guardé mis cosas en mi mochila color café claro y me giré de nuevo con aquel chico extraño.

-Vamos, te los presentaré- Sin mucha gana se levantó y me siguió.

Salimos del aula y me quedé más retirada de los chicos, llegamos hasta una mesa vacía cerca de la plaza de alimentos del campus y esperé a que se sentaran para presentar al nuevo.

-Chicos, hoy Bástian comerá con nosotros- Todos me voltearon a ver algo extrañados, yo no era la más social del mundo- Bástian, te presento a los chicos, Angie, Tony, Iván, Adrián, Alejo, Yair y Lauren, y nuestra chica, Zaret.

Uno a uno fueron saludandolo, Zaret con un excesivo entusiasmo, pues claro, Bástian era guapo, aunque pareció molestarle a Iván la forma en la que miraba al nuevo. Tomamos los dos asientos que quedaban y cada quien comenzó a devorar sus alimentos, todo excepto Bástian, quién se mostraba distante y frío.

De pronto, me dió dos ligeros toques en el hombro para que le prestara atención, se acercó a mi oído y le susurró:

-¿Puedes mostrarme en donde queda la biblioteca?- Un poco extrañada accedí inmediatamente y nos levantamos de la mesa.

-Oigan, le mostraré a Bástian el campus, nos vemos en clase- Estaba a punto de dejar el lugar cuando sentí un fuerte agarre en el brazo, voltee y me sorprendí al ver a Ángel- Angie, ¿Que pasa?

-¿Qué te pasa a ti Reny?- Odiaba ese apodo estúpido, pero el amaba llamarme así- Ni siquiera convive, no puedes ser tan amable con alguien así.

-Ángel, el es nuevo en este lugar, dale tiempo.- Me solté de su agarre y me dirigí con Bástian, quien me esperaba en la salida de los comedores con la mirada perdida- Bien, sígueme.

Mientras le llevaba a la biblioteca le iba explicando los lugares por los que pasábamos, el auditorio, las facultades del campus, hasta que llegamos al destino.

La biblioteca del campus era un enorme edificio color crema de dos plantas con ventanas que no permitían ver el interior. Ésta, estaba rodeada de un área verde muy linda, con bancas y senderos que recorrer, bastante digno diría yo.

Por dentro era mejor, la biblioteca se dividía en secciones y cada una tenía mesas de trabajo y sillones cómodos para disfrutar de la lectura. Me acerqué a abrir la puerta recorrediza cuando él me detuvo.

-Dejame solo, ¿Quieres?

Fué lo único que dijo; Quité mi mano de la manija de la puerta y sin dejar pasar un segundo más, él la abrió y entró. Me quedé confundida, tenía una actitud pesada, pero algo me atraía a él y no solo su físico, había algo, y lo iba a descubrir.