fallido

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—Estaría bien un lugar más privado, ¿no crees? —JiMin arrastró su lengua por toda la oreja del mayor, sentándose correctamente después. Ambos tenían sus labios hinchados a causa de esos besos con sabor a licor que le encendieron una chispa en el interior.

—Vamos a mi penthouse, allí nadie nos molestará —sus largos dedos apretaron el muslo del menor, inclinándose hacia su persona con sensualidad evidente en los labios—. Seremos solo tú y yo.

JiMin peinó sus cabellos húmedos por el sudor —a causa de las diferentes veces que bailó con el alto— hacia atrás, correspondiendo con una sonrisa de aceptación. Dejó que el peliblanco tomara sus labios para besarlos suavemente, danzando sobre aquellos labios hasta que al momento de alejarse tomó el labio inferior y lo estiró, provocando un suave jadeo en el felino.

El peliblanco se puso de pie y acomodó su camisa algo desalineada a causa de las escurridizas manos de JiMin, para luego ofrecer su mano al felino y así ambos ponerse en marcha a un lugar solo para ellos. Desde lo lejos, el moreno estaba en su auto esperando ver a JiMin, su intención era saber si este había conseguido engañar a Kim o no.

TaeHyung pudo percibir esa cara disgustada que realizó el felino, riéndose ante esta. Park se había quedado muy sacado de onda cuando la serpiente le extendió la mano, abriendo la puerta para él como si fuera una dama. Era cierto que no le molestaban estos tratos, pero ¿en serio era necesaria la escenita de hombre educado? Vaya, como si en verdad pudiera creerla.

—Yo puedo sole, gracias. —Ignoró la mano que le ofrecían para sostener la puerta por sí mismo, sin darle relevancia a aquellos ojos agudos que le miraron desconcertados. Con cuidado se subió al vehículo, sacudiendo el polvo invisible de sus muslos para luego ponerse su cinturón y esperar al contrario.

—Pensé que eras de los que prefieren la caballerosidad —comentó al aire, un poco inseguro, poniendo su cinturón mientras miraba al felino. Sacó las llaves para encender el auto.

—Creo que no sabes mucho de mí, SeokJin —peinó sus rosados cabellos hacia atrás con elegancia, ladeando los labios en una sonrisa.

Realmente SeokJin tenía mucha curiosidad sobre el chico que parecía bastante misterioso, ni siquiera sabía su nombre, se acostaría con alguien al que no sabía cómo decirle.

—¿Seguiré sin saber el nombre del felino misterioso —Sus manos se apoyaron en el volante una vez encendió el auto, dispuesto a conducir. JiMin negó con su cabeza, aprovechando que aún no estaban en movimiento para tomar el mentón del mayor y hacer que lo viera.

—Todo es más excitante con misterio. —fue acercando su rostro al contrario, hasta que su lengua delineó los gruesos labios de corazón, pero se alejó antes de siquiera permitir a Jin besarlo.

Y como si no hubiera dejado con ganas de más a la serpiente que lo rodeaba, actuó como si nada, mirando directo a la ventana de manera tranquila e ignorando aquella penetrante mirada que le hizo temblar un poco las piernas. Todo el camino al elegante edificio estuvo lleno de silencio, a excepción del sonido del aire acondicionado.

El felino trató de distraer toda su atención de lo que haría en unos minutos —fuera alguna de sus dos opciones—, porque realmente seguía teniendo nervios. El alcohol ya se había drenado de su sistema y los sentidos estaban muy alertas, ni siquiera la serpiente le daba tregua porque con insistencia apretaba su muslo y buscaba tocar mucho más arriba, algo que le encendía y preocupaba en ambos aspectos. No deseaba que SeokJin siguiera suponiendo que iba a recibirlo con mucho gusto entre sus piernas —solo lo recibiría si era para que le realizara una estupenda felación— porque no iba a ser así, tampoco se atrevía a decirle de sopetón ahora, cuando podría sacarlo a patadas del auto, que era completamente activo y que le fascinaba enterrarse en los chicos.

dangerous ─ minjin.Where stories live. Discover now