Call me maybe// Duki

Miedo

Guadalajara, México.

Le acaba de sonar el celular a Sofía, vio un número que no tenía agregado, pero decidió saber que eran esos mensajes.

Número desconocido.

Hola smileyy... O debería decir Sofía?

Espero estés bien zorrita, sabes quién soy?

Vas a pagar por todo lo que le hicieron tus padres a los míos.

Te pensabas que ahora que eres conocida te iba a ir mejor que antes???

Edward sabe tu secreto? Sabe que eres una puta?

Sigues haciendo eso? Recuerdo con exactitud la noche que estuvimos juntos Sof.

Voy a sacar la verdadera tu.

Vas a pasar un infierno recordando tu pasado, te sigues drogando como antes?? Aquí todavía te recordamos como la puta drogadicta.

Tengo vídeos y fotos Sofía. Lo vas a pasar mal.

Miedo. Miedo es lo que sintió Sofía al leer esos mensajes. No quería que nadie supiera como era antes. Obviamente Edward no sabía lo que ella hizo durante un tiempo. No era nada bueno, no era consentido. Si, ella se drogaba, mucho, salía de joda y se drogaba, los chicos la convencían de hacer cosas que obviamente ella no haría estando consciente, se despertaba al día siguiente sin saber nada, hasta que llegaba el instituto y esas personas le decían, le parecía repugnante, por lo menos solo lo sabían esas personas, decidió no contarle nunca a nadie, ni a su mejor amigo. Ahora después de años, va a salir todo, sus amigos se sentirían decepcionados, sobretodo el pelinegro tatuado que tiene de mejor amigo. Tiene que contarlo, por lo menos a los amigos que conviven con ella día tras día. Aunque no entiende que le habrán echo sus padres a los padres de esta persona. Ella se había desentendido de ellos hacia ya tiempo.

Buenos Aires, Argentina.

Mauro estaba con sus amigos, todo lo andaban jodiendo con la morochita tatuada de Guadalajara.

- Dale Mauro llámala. -Decía Tomás o como muchos lo conocen C.R.O-
- Mirá a ver si la molestó boludo, no la voy a llamar. -Decía nuestro protagonista-

Sus amigos siguieron hasta conseguir que la llamara.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

- ¿Bueno? -Respondió la chica-
- ¿Qué onda Smiley? ¿Todo bien? -Dijo el chico con una sonrisa mientras esperaba la respuesta de la chica-
- Mh... S-si... Todo, todo bien... -Parecia estar llorando-
- ¿Estás segura? Podés contarme lo que sea, parecés triste...
- No... No enserio, estoy bien... Solo, da igual, no pasa nada. ¿Qué querés?
- Solo quería saber cómo andabas, también te quería presentar a dos amigos míos...
- Ah dale. ¿Quiénes? -Preguntó la chica-
- Tomás y Lucho.
- ¡Hola! -Dijeron los nombrados-
- Hola chicos, Smiley, un gusto. -Respondió la chica-
- El gusto es nuestro. -Dijo Lucho con una sonrisa-
- Eh amigo, pará, que te la chamuyas y es de Mauro ah. -Dijo Tomás mirando al más joven de los tres-

Luego esos dos se empezaron a putear dejando hablar a la chica y al chico.

- ¿Segura estás bien?
- Si, ando piola te juro. -Mentira obviamente-
- Enserio, si algo te tiene mal me lo decís, quiero ayudarte, no penses que solo hago esto para contenido de las redes, quiero ser tu amigo con el que puedas hablar de lo que quieras, quiero que te sientas bien en todo momento...
- Bueno... Te lo envío por Instagram, no quiero decirlo en voz alta, aún no le cuento a mis amigos.
- Mejor te paso mi número y hablamos por WhatsApp. -Aprovechó el tatuado-
- Dale. -Dijo con una pequeña risa la chica-

La llamada se cortó y él le envío su número por Instagram. Al rato un número desconocido le envío unas cuantas capturas de pantalla y un pequeño texto donde explicaba algunas cosas un tanto... Desagradables. Luego ponía. Por cierto soy Smileyy.

El comprendió todo, básicamente se aprovechaban de ella estando drogada y ahora quieren subir videos de ella haciendo pues... Eso. Teóricamente cuenta como violación pues no era con su consentimiento y también como difusión de imágenes intimas, eso es ilegal. En una de las capturas de pantalla se veía el número, Mauro se lo envío a un amigo que podría averiguar quién era ese sujeto.

Trató de consolar a la chica pero estaba muy nerviosa y obviamente desde la distancia no puede hacer mucho...

Ella tenía miedo de lo que pudiese pasar, todo se iría a la mierda.