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Miro a las dos mientras proceso que solo Elliot y yo escuchamos el grito, pero eso no significa que no haya sido real. Porque ese grito pasó, ¿cierto?

A no ser de que ya esté comenzando a alucinar o solo es una de las típicas bromas de ellos. Siempre lo hacen y no es la primera vez que me ven como una loca por situaciones como esta. Pero estoy segura que ahora fue algo real. Solo niego mientras intento relajarme.

— Me tuve que confundir con el sonido de la lluvia, ya sabes, como cuando pienso que me llamas— mamá solo levanta una ceja, mientras mi hermana me mira desentendida y se le vuelve a notar el sueño.

— Entonces vamos a dormir que mañana hay que trabajar y en la tarde es la cena.

Lo había olvidado. Mañana es la cena familiar. Desde la desaparición de papá hacemos estas cenas familiares en caso de que se haya puesto en contacto con alguno de nosotros o lo hayan visto.

Bueno eso fue en los primeros meses, actualmente es más como una cena familiar para seguir juntos, manteniendo la conexión entre familiares.

Vuelvo a mi habitación junto a Elliot, mientras yo me acomodo para dormir él se sienta en mi escritorio mientras mira por la ventana, la única de la casa que da hacia la calle.

—¿Qué crees que era eso que vimos? —me pregunta mientras sigue viendo por la ventana.

Opino que fueron extraterrestres.

¿Cómo van a ser extraterrestres?

Si existen los fantasmas ¿Quién dice que no existen los extraterrestres?

Tienes razón.

Lo se linda, siempre la tengo.

Yo sólo niego con la cabeza, mientras lo miro. Se levanta y camina hacia mí, cuando llega al borde de mi cama hace una seña para que me corra y le de un espacio.

—¿No se supone que los fantasmas no tienen la capacidad de dormir? —le digo mientras él se mete bajo las frazadas.

—No, no puedo, pero estoy cansado y tu cama es cómoda.

Él gira su cabeza a mi dirección y cuando nos miramos a los ojos, me estremezco ante su atenta mirada. La verdad siempre me pasa cuando estoy con él, pero no se la razón.

Me giro para darle la espalda y él comienza a acariciar mi cabello haciéndome que me tranquilice.

Yo solo sonrío para luego susurrar buenas noches. El sueño me llega rápido así que no me cuesta dormirme.

...............

—Muchas gracias, que tenga buen día—me despido del último cliente.

Veo la hora, son las 18:00, y es el término de mi turno, voy al costado de la tienda para ir a los casilleros de los trabajadores. Cuando voy a la salida de los trabajadores veo que está mi mejor amigo, Robin, esperándome.

—¿Cómo estuvo el día? —me pregunto mientras le paso mi mochila y me siento en una de las bancas de afuera para que se me relajen los pies.

—Todas las señoras desordenan la ropa, ya estoy harta, pero por lo menos esta vez no estuve en las cajas de autoservicio donde claramente no hacen su autoservicio—A principios de marzo entré a trabajar en una gran tienda y estoy en el área de retail. Si, ordeno la ropa y otras cosas más que van variando dentro del turno, pero la paga igual es buena, y tanto mi jefa como mis compañeras son simpáticas así que no me quejo.

—La universidad me va a explotar, te lo juro, me estrujan para sacarme el jugo, ya no aguanto más. Opino que hagamos un suicidio doble. Tirémonos al metro. —dice muy serio.

IntersticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora