Dragones (C,1)

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Los ojos amarillos estaban fijos mirando cada movimiento de los dos grandes y corpulentos vikingos frente a él, los cuales se encontraban fuera de la jaula de dragones. 

Respiras por segundo, asustado de lo que podrían llegar a hacerte.

—¿Cómo lo sacamos de allí? —Preguntó el hombre pelirrojo con ojos verdes, para después mirar al hombre calvo de barba rubia y ojos azules que se encontraba al lado suyo.

—¡Oh no! Yo no vuelvo a entrar allí, casi me arranca el brazo la última vez ¡De una mordida! —Expreso el rubio en un tono de exageración.

—Vamos, Bocón. No exageres, sólo es un niño, no puede arrancarte el brazo de una mordida —dijo el de la barba pelirroja, apuntándote con la palma.

—No es cualquier niño, Estoico. Es un niño salvaje, que los dragones confundieron por uno de ellos, no se comporta como vikingo, ¡Ni siquiera habla! Pobre criatura —dijo el rubio sintiendo lastima por ti.

—Sí, va a ser difícil hacerle entender que no es un dragón y que es humano —dijo Estoico.

—Sí, va a ser difícil hacerle entender que no es un dragón y que es humano —dijo Estoico

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Narra Hipo

Esto es Berk, está a doce días al norte del calvario y algunos grados al sur de muere de frío, está ubicado justo sobre el meridiano de la tristeza. Mi pueblo, en una palabra: tenaz; ha estado aquí por siete generaciones, pero todas las casas son nuevas. Tenemos pesca, casa y una encantadora vista del atardecer, el único problema son las pestes. 

Verán, la mayoría de los sitios tienen ratones o mosquitos, pero aquí hay, Dragones.

La mayoría se mudarían, nosotros no, somos vikingos, tenemos problemas de necedad, me llamo Hipo, lindo nombre lo sé, pero no es el peor, los padres creen que un nombre feo alejara a los gnomos y trolls, como si la refinada conducta vikinga no lo hiciera.

Corrí de un lado a otro esquivando a los vikingos que lanzaban comentarios queriendo que regrese a mi casa. Mientras corría, en un momento fui jalado hacia atrás viendo una gran ráfaga de fuego pasar frente mío. Solté un grito de sorpresa ante eso.

—¡Hipo! —Gritó un hombre pelirrojo —¿Qué hace otra vez afuera? —preguntó molesto a los demás y luego volteo a mí —¿Qué haces afuera? ¡Ve a cubrirte! —Me dijo en el mismo tono y me empujó para que fuera a un lugar seguro.

El es estoico el vasto; jefe de la tribu. Dicen que cuando era un bebé le arranco la cabeza desde los hombros a un dragón, ¿Qué si lo creo? Ja, claro que sí.

Corrí y corrí pasando por todo el desastre hasta llegar a la Forja de herrería de Bocón, donde también te vi, que en el momento en que notaste que llegaba miraste a Bocón.

Alfa mayor [Hipo Horrendo Abadejo III x Male Reader](Idea del 2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora