Impresiones

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-Lo siento, olvide cargar mi celular anoche, pasaron unas cosas y... Termine perdiendo el paraguas. Pero en el camino una chica se apiadó de mi y me prestó esa ropa junto a un tomacorriente para poder comunicarme y... Ahhhh fue hasta entonces que pude mandar un mensaje.-

-Entonces procura conseguir alguna batería portátil o se más precavido. No vuelvas a causar más problemas a nadie y regresa esa ropa cuanto antes.-

Terminó de decir indiferente mientras volvía a su lectura.

-Esta bien.-

Respondió aliviado de que no pasará a mayores, aunque le molestaba la actitud tan distante de su padre, aun si la mayor parte del tiempo era así, no era algo a lo que el se pudiera acostumbrar. Paso más tiempo pensando y llenándose de estrés que viviendo el momento dado.
Fue así que se puso de pie y empezó a subir a su habitación, salió del comedor en silencio y con la mente dispersa, camino por el salón hasta las escaleras del inicio que estaban en la entrada principal de la casa, lugar que conectaba con muchas zonas de la mansión, era sin duda un lugar amplio y aunque bellamente decorado, él lo sentía vacío, cada eco de sus pasos al subir un escalón tras otro lo hacían sentir más y más solo, sentir que quien realmente estaba vacío era él.
Los pasos eran peso de culpa, sobrepensando en su día, lo que hizo mal, lo que pudo evitar, lo que no hizo ni dijo, la mala suerte que tuvo, sus descuidos, la desaprobación y poca empatía de su padre...
Pero por encima de todo, el hermoso brillo de los ojos de aquella chica al tomar su café. ¿Que impresión le habrá dado..?
Sin embargo sus pensamientos fueron detenidos por la puerta de su habitación, decorada por él y para él de forma simple con sus gustos por la música. Al entrar se podía dejar ver de frente una gran cama bastante bien colocada y en orden, tenía su lugar al costado derecho del cuarto, pegada a una pared, al centro una batería completa, tres guitarras eléctricas y dos electroacústicas, un bajo junto a un teclado y dos violines muy bien ordenados, más a la izquierda un gran mueble lleno de estantes y puertas, estantes que estan llenos de discos de vinilo, casetes de vídeo, memorias USB, y muchas figuras representando copias miniatura de instrumentos musicales variados, frente a su cama un escrito con una computadora completamente equipada, muchísimos tipos de cascos y audífonos, una rocola, un gran tocadiscos, varias bocinas y microfonos, algunos amplificadores y un monitor completamente ajustable. Las paredes estaban totalmente insonorizadas, incluso la puerta, el techo poseía los típicos LEDs que estan en las esquinas, una esfera disco desgastada y varias luces de escenario programables, sin lugar a dudas parecía más un estudio que una habitación, incluso tenia un baño propio con ducha y tina detrás de otra puerta.
Paso caminando cansadamente a tirarse sobre su cama y desde su celular ajustó todos los detalles de su habitación, apagó las luces, colocó la temperatura de su habitación a una más agradable para él y por último inicio una canción en su celular para distraer su mente, con un ritmo lento, él por fin se quedó tranquilo, cerró sus ojos con la esperanza de dormir, pero su mente tenía otros planes, empezando por reiniciar su día de hoy.
5:00 am y una fuerte alarma sonaba con ímpetu, pero fue callada, una y otra vez, hasta que eran las 6:00 am, fue que por fin despertaba por completo a nuestro pelinegro, estaba cansado porque no logró dormir bien, se había desvelado mirando su celular, y ahora no tenía ni energía, ni bateria, ni tiempo. Se levantó y se alistó a las prisas, bajo corriendo las escaleras y llegó hasta la entrada principal donde lo estaba esperando su mayordomo para subir al auto, que había pedido de ante mano, le dio el paraguas a su joven amo y arrancaron camino a la escuela, fue un camino sin prisas pero sin pausas, mirando que el sol aún no se presentaba, los faros led hacían su contraste con la lluvia y relataban una historia pasajera, haciendole recordar que había lugares de su país que aún mantenían sus calles, casas y estructuras como en antaño, lo que le provocaba unas ganas enormes de querer ir a ver esas colonias y sacar mil fotos, pero al pensar en ello, cayó en cuenta y miro su celular, el cual moría lentamente con solo 4 de batería, solto un suspiro y miro al frente, estaba prácticamente fuera de su Instituto, llegó rápido, pues faltaban veinte minutos para que iniciaran las clases. Él había estado estudiando en el extranjero un tiempo, así que con su nuevo día de clase, se llenó de nostalgia por haber vuelto, bajo del vehículo, y se despidió de su chofer. Ahora con solo 2 de batería, aprovechaba una última vez para ver su salón y edificio, solo como medida de seguridad
-Entonces edificio B, segundo piso, salón 21... Perfecto-
Dijo en voz baja para si mismo, esto le ayudaba a recordarlo con más seguridad, camino un rato y llegó al salón, aún faltaba por llegar más de la mitad de los estudiantes, o eso daban a entender la gran cantidad de pupitres vacíos, entró callado, y empezó a caminar hacia el fondo del aula, había un lugar junto a una ventana que estaba libre, y el no se perdería las vistas de la ciudad por nada del mundo. Sin embargo, a un asiento de llegar a su destino, su mirada se cruzó con alguien.
-Tu eres...-
Dijo el desconocido, poniendo nervioso a Isaak, hasta que cayó en cuenta al ver la cicatriz del labio de aquel muchacho pelirrojo.
-¡Anders!-
Exclamó con emoción de volver a ver a su amigo de la infancia en su mismo salón.
-Me da gusto volver a verte aqui-
Dijo Isaak feliz, después de todo perdieron el contacto hace tres años, cuando salió al extranjero.
-jajaja la verdad no esperaba volver a estudiar, pero mis padres insistieron, verte aquí ya no me hace querer dejar tanto esta carrera.-

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⏰ Última actualización: Apr 10 ⏰

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