Bonfire

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En el pasado cuando Choso visitaba a Geto para ayudarlo con su objetivo, a veces compartían copas en confianza .De las pocas veces que Geto realmente bebió demás se le escaparon varias cosas sobre el lado más humano del proclamado más fuerte: Satoru Gojo. Choso en consecuencia sabía demasiadas cosas íntimas del usuario de los seis ojos. Como por ejemplo, su gusto por los dulces, el hecho de que prefiere bañarse por las mañanas con agua tibia, como se le iluminan los ojos con los atardeceres, que es fan de digimon, entre otras cosas. Quizá lo más sorprendente de todo fue el cariño con el que Geto habló de Gojo, Choso no era un experto en los asuntos humanos pero era bastante obvio que entre esos dos pasaron más cosas que una simple amistad.
Al final del día por mucho que las acciones de Geto fueran inmorales a los estándares de la sociedad humana, él sigue siendo humano. Tan humano para retrasar su plan por años por sus retorcidos sentimientos hacia Gojo Satoru.

Un poco contagiado por la nueva visión del hechicero más fuerte es que Choso evitó al máximo la posibilidad de enfrentarse a él de forma directa. No quiere conocer al hombre que fue capaz de roer tan profundo el corazón de su amigo. Por otro lado con su desmesurado poder seria un suicidio ir de frente contra un hombre como él.

Por eso Choso pese a tener sus reservas se unió al grupo de esas maldiciones.Era la única manera de recuperar a su hermanito de la garras de esos asquerosos hechiceros.

Así pasaron las semanas, sin ningún rastro de Yuuji más allá de saber que se encontraba con vida y de seguro en la academia metropolitana de hechicería rodeado de hechiceros.

Yuuji por su lado ha estado muy contrariado con los acontecimientos recientes en su vida. Sukuna era un imbécil que constantemente se burlaba de él, le enviaba pesadillas terribles por las noches y aprovechaba cualquier oportunidad para hablar mal de sus hermanos. Era un maldito parásito.

Fuera de eso su vida ha sido una montaña rusa. No ha podido contactar a sus hermanos para contarles todo lo sucedido en el último mes, ninguno poseía celular o algún medio de comunicación confiable. Tampoco es una opción volver a Sendai sin levantar sospechas y que algún hechicero trate de exorcizar a su familia, lo cual era muy frustrante. Una de las cosas que más lo frustraba era el no poder hablar de sus hermanos con sus nuevos compañeros de clase,lo más probable es que no lo entiendan o peor, lo odien. Una cosa es que lo acepten siendo el recipiente de Sukuna, otra es que sepan que desde antes de eso Itadori Yuuji nunca fue completamente humano. Trató de no pensar demasiado en ello y concentrarse en su nuevo hobbie: la escritura. Yuuji jamás ha sido una persona muy aplicada pero escribir lo reconforta, es una manera de estar más cerca de su familia. Escribía regularmente cartas sobre su nueva vida; amigos, misiones, entre otras cosas. Toda su correspondencia (sin remitente) era dirigida a sus hermanos. Bueno, no todas, algunas cartas eran para aquellos que ya no estaban en su vida, tales como su abuelo o sus padres.

Yuuji se detuvo en el medio de su carta y pensó en Choso, esperaba que no estuviese muy preocupado por su desaparición. Ya encontraría la manera de comunicarse con él.

Al menos Fushiguro y Kugisaki eran lo suficientemente caóticos para mantenerlo distraído. A veces pasaban la tarde en el cuarto del "emo boy" (apodo dado por Nobara), viendo películas malas. Otras veces eran arrastrados en el frenesí de compras de Kugisaki con la excusa de "ser demasiado linda para que sus amigos se vistieran tan mal". Cuando estaba con ellos se sentía un adolecente normal de 15 años sin el gran peso que carga sobre sus hombros.

Era un martes cualquiera, Yuuji hubiese preferido pasar el resto del día en su habitación viendo películas que ir a una misión, pero claro, eso no dependía de él. Ijichi-san en el camino les fue explicando el tipo de maldición al que deberían enfrentarse; un grado especial. Claramente un par de adolescentes no son rivales para algo así pero en el mundo de la hechicería las condiciones no suelen ser ideales la mayor parte del tiempo. Ijichi-san les aconsejó evitar la pelea y limitarse a rescatar posibles sobrevivientes. Una vez que el velo fue colocado los tres jóvenes ingresaron al recinto.

The curse redeptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora