III

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Una boda, como podía pensar en una boda que no fuera con Jace, desde que habíamos dicho que nos casaríamos no había pensado que podía casarme con alguien mas.

Por más que mis padres y hasta el propio Jace había intentado hablar con mi abuelo no había cambiado de opinión y ahora tenía que casarme con Aemond.

Todos nos trasladamos a la Fortaleza roja para la ceremonia de la boda, no estaba emocionada es más sentía como si quisiera escapar, más bien quería hacerlo, salir corriendo por los pasadizos secretos me parecía buena idea, tardaría en encontrarme y tal vez mi abuelo recapacitaría sobre su decisión.

Pero mi idea abandonó mi cabeza cuando mi madre entró a mi habitación con la cara triste aunque intento mostrar una sonrisa pero no salió como ella quería

—¿Como estas mi niña? —coló una de sus manos en mi hombro

—Madre no quiero casarme con Aemond —dije moviéndome a la esquina de la habitación —No quiero casarme con alguien que no sea Jace

—Lo sé cariño, lo sé —se sentó en la cama mientras le ordenaba a las sirvientas que salieran —Pero es la voluntad del rey y no podemos desobedecer

—Aemond lo hizo —dije molesta —No le hicieron nada y aparte lo premiaron casándose conmigo

—No creo que ellos lo vean como un premio hija —se levanto y vino así mi estirando sus manos —Además perdió un ojo, en lo personal me parece un castigo suficiente

—Aún así no quiero casarme con él madre, no me obligues

—Créeme que no quiero —tomo mi cara entre sus manos y me obligo a mirarla —Pero es lo qué hay que hacer, no podemos desobedecer a tu abuelo

—¡Ellos lo hacen todo el tiempo! —grite furiosa refiriéndome a Alicent y su familia

—¡Pero no somos como ellos! —me grito de vuelta haciendo que me callara —Nosotros no somos como ellos, yo los he educado para respetar a su abuelo, que también es el Rey por si se te olvidó Visenya

Solo pude bajar la cabeza, mi madre tenía razón me habían enseñado que si me abuelo debía algo era la ley y lo que se debía hacer, nunca había tenido problema con esto hasta ahora. Al ver que ya no le respondí mi madre se dirigió a la puerta pero una idea cruzo por mi cabeza

—Madre —la llame antes de que saliera —Se que falta mucho pero cuando tú seas Reina anula este matrimonio

—Visenya —lo pensó un segundo —Para anular un matrimonio se necesitan ciertas condiciones.

—¿Como cuáles? —

—No debe haber hijos y sobre todo no debes consumar este matrimonio.

—No importa madre por favor debes anularlo —suplique mientras ella me veía con algo de dolor —No importa si no me vuelvo a casar en mi vida solo no me dejes vivir toda mi vida como esposa de Aemond.

Ella asintió con la cabeza sin decir algo mas, no quería a Aemond y dudo que llegue a quererlo en algún momento, él era un grosero, que carecía de educación para tratar a una mujer así que no me sería difícil mantenerme alejada de él lo que me haría más fácil tener los requisitos para la anulación.

Mi madre dejó entrar a las sirvientas nuevamente para que terminaran de areglarme para la ceremonia y no se toco el tema nuevamente.

Y Entonces sucedió, la boda se llevó acabo, mi abuelo parecía feliz junto con los invitados pero dentro de la familia nadie estaba feliz, la reina Alicent me veía como si quisiera mandarme lejos para siempre, mis hermanos me veían con lástima, Jace parecía dolido, mi padre veía a Aemond como si quisiera dejarme viuda en este momento, solo mi abuelo sonreía y era algo que me molestaba.

Rompiendo los votos Where stories live. Discover now