CAPITULO 11

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—mi pequeña sultana — dijo la joven mientras sostenía a su bebé—te juro por mi dios que te protejere de todo

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—mi pequeña sultana — dijo la joven mientras sostenía a su bebé—te juro por mi dios que te protejere de todo

Los otros bebés al ver la falta de atención por parte de su madre empezaron aoverse enojados

—los príncipes son muy inquietos mi sultana—dijo su amiga

La mujer pensó en silencio

Sabía que está paz no duraría mucho pues sabía que el enemigo principal era hurrem

De pronto una idea vino a su mente

Miro a sus hijos y sonrió

Dejo a su pequeña hija en brazos de su amiga

Y corrió por el pasillo

Se dirigió a los aposentos del sultán

Una vez afuera se anuncio

El sultan del mundo levantó su cara y sonrió al verla

—handan que te trae por aquí—

Ella sonrió y se acercó a el

—quisiera pedirle algo—

El asintió en respuesta

—quisiera dar unos pequeños refrigerios a los jenizaros de mi párate, se que han trabajado mucho—

El sultan sonrió

—mi amada mujer de cabellos negros —dijo mientras la tomaba del rostro—si tus intenciones son buenas entonces hazlo

La joven sonrió

Mientras tanto la sultana hurrem estaba con su hija

—mi quería hija dime qué te aflige—dijo ella al ver a su joven hija

—fui a ver a mi nuevos hermanos—dijo ella captando su atención

Hurrem al oír el tema hizo una mueca

—madre si tuviste algo que ver mi padre se enojara—dijo ella

Hurrem la miro rápidamente con enojo en su rostro

Desde cuándo su hija desconfiaba de ella y des cuando le hablaba con tanta insolencia

—escúchame bien Mariam, la próxima vez que me vuelvas a decir algo como eso no dudaré en castigarte—dijo la mujer

—pero yo—

La palabra se cortó

—desde cuando hablas con tanta confianza, recuerda que soy tu madre y que si yo quiero destruiré a esa mujer—

—perdón madre—dijo la joven dirigiéndose a  la salida

—!sumbul ¡—

El pobre sirviente entro corriendo

—sultana—dijo el asiendo reverencia

—quiero que















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