Sala de Tortura

•¿Encajar o Pertenecer?•

El patio de juegos está lleno hoy. Alegría está correteando por el lugar, Falsedad la persigue. Lujuria está en la esquina, jugando de manos con Amistad, esta ultima no tiene cara de disfrutarlo. Envidia observa mucho a Alegría, planea tirarla al suelo. Desinterés está al tanto de todo, y va de un lado a otro, buscando lugar donde quedarse, porque todos le aceptan allí donde ella llegue. Confianza se abre paso entre los demás y se planta en el centro del patio, captando la atención de casi todos. ¿Dónde está la principal? A la que todos esperan, para ver en donde van acomodados. El panorama ahora se centra en una niña. Ella está sentada, moviendo mucho las manitas hacia un punto en específico.
  - ¿Qué haces, pequeña?
  - Armo un rompecabezas - explica
Mirando detenidamente el entretenimiento de la niña, se puede notar que este se mueve. Es un paisaje conocido, ya visto: es el patio de juegos de antes. La pequeña tiene el rompecabezas casi hecho. Solo le faltan 2 piezas, sin embargo a un lado, hay tres que supuestamente faltan. Encaja una en el lugar correcto y de repente en el patio de juegos aparece un niño más. Llega el momento de la verdad. Las dos piezas faltantes pueden utilizarse perfectamente en el último hueco. En la pieza #1 hay una persona cualquiera. No me llama la atención. Pero en la pieza #2, hay alguien que se me hace conocido. Tan conocido como si estuviera frente a mi. Pero en todo caso, frente a mi un espejo. Soy yo. Curiosidad entra a la sala, delante de la pequeña, pero mirando a la pieza #2. Lo realmente extraño es que pareciese como si me mirase a mi, solo es un extraño presentimiento. La niña mantiene la pieza en donde "me encuentro" entre sus manos. Una guerra de miradas se arma entre el recién llegado y la chiquilla. Lo que es un segundo parece una eternidad en esta sala. Por fin la niñita mueve su pequeña mano, y con ella me siento arrastrada hacia el piso, pero no caigo al suelo. Estoy siendo arrastrada hacia algun lugar. El piso se hunde y de él sale una luz de un color que no logro identificar. Un color nunca visto
Toco el suelo y me doy cuenta de que ya no estoy en aquel lugar tan extraño en donde estaban los dos niños. Me levanto, pero ya no soy de la misma estatura de antes. Miro mi cuerpo y saco cuentas. Debo medir un metro, como mucho. Analizando el lugar, me encuentro en un sitio de mucho bullicio. Un dejà vú me ataca repentinamente y me hace reconocer aquella zona. Es la entrada al patio de juegos. Creo que entiendo lo que tengo que hacer. Solo debo entrar aquí a buscar el lugar en donde encaje, como buena pieza del rompecabezas. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo cuando doy el primer paso hacia mi nuevo destino. Me sacudo el polvo de mis pies y me decido a dar un segundo paso. Estoy en la puerta del  área a la que supone que debo entrar.
  - ¡Hola!
El recibimiento fue un desgarrador grito de Alegría, quien ahora se volvió Tristeza. Envidia ha tumbado al suelo a la susodicha, razón por la cual Falsedad la alcanzó. Otro grito más sale de la garganta de Tristeza. Pero lo que mis ojos alcanzan a ver son mucha información. Falsedad está golpeando a Tristeza, en conjunto con Desinterés y Confianza. Amistad esta descojonandose de la risa. Resultó ser la mejor amiga de Falsedad. Lujuria se ha desaparecido, al parecer, escapó con Envidia. De inmediato, cuando se dan cuenta de que estoy allí, dejan a la moribunda antes Alegría para venir a mi.
  - ¿Por qué? Acabo de llegar. Mi misión es encajar aquí.
  - No nos interesa, ni va a cambiar nuestra decisión
Me intento defender, pero es en vano. Son muchos contra mi. Me hago bolita, pero ellos saben mis puntos débiles, y pegan donde más duele
  - ¡¡Basta!! ¡¡Ya basta!! Niña, déjame salir de aquí. Por favor, no soy de este lugar, no pertenezco a ningún lado.
  - Mi nombre no es "Niña". Adivina quién soy, y serás liberada.
  - ¿Como carajos quieres que sepa tu nombre? ¡No te conozco de nada!
  - De hecho, me conoces más de lo que deberías. Pista: Siempre he estado ahí contigo.
  - Eres...- no termino de hablar, porque el sabor metálico llega a mi boca al compás de una arcada. Rojo, mi vista se torna de ese color. El dolor invade mi cuerpo. Solo en un susurro logro decir: - Eres la Vida.
Una extraña fuerza, ya sentida, me hala hacia arriba y me saca de aquel infierno. Vida: la pequeña niña, me mira por primera vez desde que había llegado a ese lugar y me responde:
  - ¿Estas segura de que no quieres encajar?
  - Nunca, pero es mejor que vivir en el musmo bucle de mierda. Alli, en aquella esquina, al menos tendré paz. No tengo necesidad de ser la ficha consecutiva de otro, de encajar en esta asquerosa sociedad que has creado. No seré comprendida, pero así no seré parte del maldito cliché en el que vivimos. Apartada es mejor que rechazada, maltratada, y degradada al nivel mas bajo que pueda existir.
Vida solo asintió con la cabeza y tiró mi ficha hacia la esquina de los "inencajables"
  - Bienvenida, pasa y acomódate, somos pocos pero ya comprendemos lo que pasaste, al fin y al cabo, somos los incomprendiblemente inencajables. Para inaugurar tu llegada te voy a hacer una pregunta. Dime ¿que piensas del rompecabezas de Vida?
  - Pienso que si encajar allí duele tanto, y solo te hace ser quien no eres, entonces prefiero no encajar, sino pertenecer.
  - Una de las mejores respuestas, sin duda alguna. Bueno, solo te queda aprender a vivir como quieras, sin necesidad de encajar. Esto, es la primera parte de a lo que le llaman: Libertad.

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