Yo también te amo...

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Kirishima siente un profundo amor por su amigo de secundaria, Bakugo.
Por supuesto, como el valiente hombre que es, decide armarse de coraje y confesarse.
Ahora bien... Para alguien listo como el rubio que se había percatado de ello desde hace mucho tiempo.
¿Cómo tomará ésta situación ahora que por fin su amigo se le ha confesado?

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En su último día de clases, en plena graduación del secundario, alejados de todos, en el patio trasero del instituto, Bakugo sólo pudo mirar con ojos afilados a quien ahora le extendía su mano sudorosa inclinandose en una reverencia hacia él.

El viento movía tenuemente su flequillo rubio, vaya que el clima era perfecto para una maldita confesión, los pájaros cantaban, el cielo despejado, el olor a las flores, las risas de gente de fondo tapando las vergonzosas palabras del pelirrojo frente a él.

Lo primero que se le cruzó por la cabeza a Bakugo  fue...

"Lento..."

Y es que para él, quien se había percatado de los sentimientos que tenía el pelirrojo desde hacía bastante tiempo, no podía pensar en otra cosa que no fuera lo lento que había sido al confesarse.

Vaya idiota, seguramente temía su rechazo y para evitar situaciones incómodas a lo largo de toda la maldita cursada simplemente esperó a ese momento.

Bakugo no sabía si era valiente o simplemente un cobarde idiota.

Por supuesto, Bakugo Katsuki no era de las personas que se confesaban, de hecho, tenía ciertos aires de grandeza que le impedían pensar remotamente en la idea de que alguien como él pudiera ocupar el lugar que ocupaba Kirishima, inclinandose sonrojado, sudoroso y nervioso hacia alguien.

"Tan patético"

Y aún así, a pesar del rostro que cargaba Kirishima, de su silencio nervioso después de confesarse y decir que por favor saliera con él.
Bakugo no pudo más que sonreír, una sonrisa que no reflejaba el mutuo amor correspondido que Kirishima esperaba, era una sonrisa distinta, algo...
Tenebrosa.

—Esta bien, salgamos.

Soltó el rubio de sus labios haciendo que esas simples palabras fueran suficientes para hacer que el rostro de Kirishima se iluminara al igual que sus ojos al levantar la mirada del suelo.

Su mano no fue tomada, se quedó colgando en el aire hasta que Bakugo, como si cargara con la experiencia que a Kirishima le faltaba, tomó esa muñeca del pelirrojo guiandola a su cintura para así acercar sus cuerpos, pegando sus pelvis, estómagos y pecho.

—Y bien Kirishima, ¿Esta no es la parte en la que me besas?

Preguntó con una sonrisa ladina en sus labios, atreviéndose a casi robar un beso de sus labios, cual maldito bastardo provocador que era...
Aprovechándose de los sentimientos puros del pelirrojo quien confundido por las nuevas sensaciones que lo asaltaban no hacía más que balbucear por el asalto de Bakugo.

Kirishima se sentía feliz, tan feliz que sentía que iba a llorar, pero no debía hacerlo.
Sólo debía demostrarlo con acciones y palabras, aprovechar la cercanía que el rubio le daba y expresar ese amor correspondido de éste besando sus labios.

—Bakugo, soy tan feliz... Te amo

Susurró casi en un suspiro finalmente rozando suavemente sus labio sobre los ajenos.
Su primer beso, tan dulce y maravilloso como siempre había soñado.

Lo amaba... Amaba a Bakugo profundamente.
Quería entregarle a Bakugo todo su ser, amarlo y cuidarlo, ser su compañero hasta el final.

Así de enamorado estaba...

KiriBaku (One-Shots)Where stories live. Discover now