Feliz en Casa I

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Elexa estaba emocionada, incapaz de apartar de su mente la idea de cómo lograr que Murdo conociera a Raz.

En cambio, Elexa solo necesitaba un poco más de tiempo.

Observó su reloj antes de acercarse a la amplia ventana abierta y sentarse en el borde, dejando que sus piernas colgaran afuera.

Mientras tanto, Raz mantenía su rostro concentrado, con cejas fruncidas y mordiéndose el labio en busca de concentración.

De repente, su teléfono sonó; desvió la mirada y lo agarró rápidamente, llevándolo a su oreja.

"¿Sí?" Raz respondió bruscamente, sin siquiera mirar quién llamaba. Una risita resonó al otro lado, y Raz inmediatamente supo quién era.

"¡Silvana!" exclamó Raz con un grito divertido. La risa se intensificó mientras Silvana respondía. Desde su habitación, incluso podía sentir que Silvana estaba saltando emocionada. Su madre recientemente le había comprado un teléfono nuevo, y Silvana no paraba de llamar en la emoción de estrenarlo.

"¡Lo siento! ¡Lo siento!" respondió Silvana exageradamente, y su risa resonó. Raz suspiró con una sonrisa en el rostro y asintió.

"Solo quería verificar que esto funcionara, solo eso..." dijo Silvana con una sonrisa notoria en su voz.

"Está bien, niña. Pero si sigues llamando a este número, juro que romperé esa cosa..." dijo Raz en tono bromista, provocando que Silvana se quejara divertida. La llamada terminó, pero antes de que su teléfono cayera en la cama, sonó de nuevo.

"¿Qué?" dijo al contestar el teléfono. Un suspiro quejumbroso resonó al otro lado.

"Así es como respondes a tus amigos de toda la vida. Deberías estar avergonzado." dijo Elexa con una risita en su voz. Raz suspiró derrotado y se disculpó.

"Lo siento, pensé que eras alguien más... Ah, ¿pasó algo?" dijo, cambiando rápidamente de tema. Elexa rió un poco y volvió a hablar.

"Estoy preparando una fiesta, ¡y tú eres el invitado especial!" Raz podía sentir la sonrisa enorme que Elexa de seguro tenía. Raz suspiró, miró el techo con pereza y respondió.

"¿A qué debo ese honor?, ¿cuándo es?" preguntó Raz, mientras continuaba haciendo cualquier cosa que hacía con sus manos.

"El sábado, ¿estás libre? Me encantaría que vinieras..." La voz de Elexa se suavizó con amabilidad. Raz suspiró y sonrió.

"No me la perdería, iré. ¿Lo mismo de siempre?" Elexa respondió con un sí. Después de colgar el teléfono, Raz se quejó. Estaba cansado, además de malhumorado, aun así, no creía que pudiera rechazar a Elexa, no a ella.

Al día siguiente, Elexa se encontraba en plena organización de la fiesta mientras su mente burbujeaba de expectación. Las decoraciones, la música y la lista de invitados eran detalles que la mantenían ocupada y emocionada. Entre tanto ajetreo, tomó un breve descanso para enviar un mensaje a Murdo, instándolo a confirmar su asistencia.

Aunque su mente no podia de dejar de pensar en Raz, el...

-Tan temprano, no tanto.


Descendiendo las escaleras, Raz se topó con su familia reunida en la mesa. Daka mostraba una inquietud palpable, mientras Silvana hojeaba una revista de adolescentes. Elvira le dedicó una sonrisa mientras le servía algo para el desayuno, cualquier cosa que estuviera disponible, sin importarle mucho.

"¿Recuerdas a mi pariente, Meredith?" preguntó Elvira con tono inquisitivo. Raz la miró con las cejas alzadas mientras tomaba un sorbo de su bebida.

"Vagamente..." respondió Raz mientras continuaba con su desayuno, frunciendo el ceño, lo que atrajo la curiosidad de Silvana.

"¿Con 'vagamente' te refieres a un 'no'?" dijo la rubia con voz elevada. Raz suspiró y ladeó la cabeza con poco entusiasmo.

"Bueno, hace mucho que no la vemos, y... vendrá el sábado a visitarnos. Quiero que te comportes." Raz la miró confundido.

"¿El sábado? ¿A qué hora?" preguntó con un interés fingido. Elvira suspiró, sus ojos buscando ideas en el techo.

"En la tarde, sin hora específica. ¿Por qué? ¿Tienes algo que hacer?" preguntó curiosa, pero Raz negó. "Solo una fiesta, nada importante", respondió.

"¿Mmm, qué se celebra?" interrumpió Silvana. Raz la miró e intentó suspirar una respuesta.

"No siempre hay una ocasión especial, la verdad no lo sé." Silvana asintió con calma antes de que Daka comenzara a hablar con Raz sobre cualquier cosa extraña que los vampiros hicieran; Ella no lo sabía, y tampoco estaba interesada.

Su padre entró en escena y el tiempo pasó rápidamente.

Después del desayuno, Raz se ofreció a acompañar a sus hermanas a la escuela secundaria. Se notaba que Raz se sentía más distante de lo habitual, y sus hermanas lo percibieron mientras caminaban en silencio hacia su destino. Daka intentaba entablar conversación, pero su hermano parecía sumido en sus pensamientos.

"Y... ¿vas a ir a esa fiesta de la que hablaste?" preguntó Daka con curiosidad, caminando con entusiasmo, mientras Silvana iba al otro lado de su hermano.

"Dije que sí, pero tal vez la cancele. No quiero que mi madre se moleste conmigo, niñas", respondió Raz con pereza, manteniendo sus manos en la chaqueta que lo mantenía frío por alguna extraña razón.

Al llegar a la escuela, Raz se despidió de ellas con un gesto casual. Daka le dio un rápido abrazo, mientras Silvana repetía lo mismo que su hermana. Raz no pudo evitar sonreír y devolver el rápido abrazo.

Decidiendo no dar más vueltas, Raz regresó solo a su hogar, preguntándose si se encontraría con alguna sorpresa al llegar.

Sus botas negras arrastraron al llegar a la puerta de su casa. Solo cuando cerró la puerta detrás de él se encontró con la casa vacía, su padre probablemente dormía en su ataúd, y su madre seguramente estaba en su tienda.

Raz suspiró y lanzó las llaves a la mesa. Minutos después, el timbre de la casa sonó, y con pereza, Raz fue a abrir la puerta.



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tarde mucho y poco contenido, lo siento, simplemente se me ocurrió de todo menos de esto, bay

Hermanos Vampiro / Murdo x Lector Masculino.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu